Parque Imbert sometido al abandono

Santiago.-El emblemático parque Imbert construido para honrar la memoria de los héroes de la batalla de Santiago es convertido por 

Santiago.-El emblemático parque Imbert construido para honrar la memoria de los héroes de la batalla de Santiago es convertido por depósito para las heces fecales.

El descuido y la falta de vigilancia por parte de la alcaldía, ha permitido que muchos desaprensivos quemen basura dentro del espacio recreativo levantado en 1764. La última reconstrucción se hizo en marzo de 1996 durante la gestión de gobierno de Joaquín Balaguer.

Algunos hierros de los asientos en espirales que fueron construidos ya fueron desmontados por delincuentes.

En el mirador, los llamados “piperos” lo utilizan como letrina para defecar y ni siquiera está la bandera nacional.

 “Aquí se ven desde choferes de guaguas hasta gentes mayores que toman el parque para orinar y ni siquiera las autoridades municipales se dan cuenta del desorden”, expresa Lorena Sánchez, residente en la zona.

Recientemente, desaprensivos le dieron candela a la basura en el parque, afectando con el fuego y el calor a varios árboles.

Hasta quienes buscan enviar mensajes de cierto valor, toman afiches y los clavan o los pintan, afectando su tiempo de vida.

El parque fue levantado prácticamente en la entrada  dela comunidad de Pueblo Nuevo, frente al edificio gubernamental donde opera la Junta central Electoral.

Aunque instituciones como el club Rotario Santiago Monumental decidió que sus integrantes trabajaren la limpieza y recogida de basura, la falta de vigilancia dificulta la labor de mantenimiento.

En el histórico parque Imbert, es uno de los tres fuertes defensivos para repeler la agresión bélica de las fuerzas haitianas el 30 de Marzo del 1844, y debe su nombre a José maría Imbert.

Román Franco Fondeur refiere que para 1764 el Alcalde Mayor de la Villa de Santiago, Andrés Núñez de la Torra, con la cooperación del pueblo santiagués, logró que el capitán Juan Bautista Ruguero, ingeniero militar, fortificara en los cerros donde hoy se encuentra ubicado el Parque Imbert, que para 1844, años posteriores, se llamó Fuerte de Dios.

Tras los trabajos de rescate de Armando Franco Bidó, en entonces presidente de del ayuntamiento de Santiago, Anselmo Copello asumió su reconstrucción por orden del dictador Rafael Loenidas Trujillo.

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