El Gran Santo Domingo enfrenta grandes retos

Con la entrada en vigencia de la Ley 163-01 que marcó la desconcentración territorial de la ciudad de Santo Domingo y que dio lugar a la creación de siete nuevos municipios, el Distrito Nacional quedó gestionando un territorio de 91.58 kilómetros&#82

Con la entrada en vigencia de la Ley 163-01 que marcó la desconcentración territorial de la ciudad de Santo Domingo y que dio lugar a la creación de siete nuevos municipios, el Distrito Nacional quedó gestionando un territorio de 91.58 kilómetros cuadrados y una población que para 2010 rozaba el millón de habitantes.

En el territorio donde se asienta la sede del Gobierno nacional se aprecian acentuados contrastes entre los sectores que conforman el polígono central, caracterizado por un notable crecimiento inmobiliario vertical y una mejor distribución del territorio, contrario a lo que ocurre con los barrios de la zona Norte, donde el hacinamiento y la precariedad de los servicios básicos afectan la calidad de vida de los munícipes.

Esto, a juicio del director ejecutivo de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo, Onofre Rojas, no es un asunto que compete únicamente a la municipalidad, sino que es el fruto de un modelo de desarrollo económico y social que privilegia a los sectores más acomodados y no incluye adecuadamente a la mayoría de la población.

En ese sentido, expresa que existen grandes déficits en políticas públicas básicas que vayan dirigidas a solucionar problemas vitales que tocan a toda la población del Gran Santo Domingo, como son el agua potable y saneamiento, salud pública, educación, ordenamiento de los asentamientos humanos, transporte y movilidad, entre otros.

Rojas sostiene que aunque en otros países muchos de estos temas son de competencia municipal, bajo el actual esquema es impensable que puedan ser abordados desde una perspectiva estrictamente municipal, básicamente por la limitación de recursos.

Añade que aunque la Ley de Municipios contempla que el Gobierno central asigne el 10% del Presupuesto Nacional a los ayuntamientos, estos apenas gestionan un mínimo 3.7%.

En ese sentido, cree necesario un proceso gradual de desarrollo hacia una comprensión de la participación de los municipios en la gestión pública, como un elemento central de la democracia.

“La democracia municipal ha avanzado muy poco, hasta tal punto que en este país todavía se está discutiendo el tema, que se le regatea a los municipios lo que contempla la ley municipal, que es otorgarle el 10% del Presupuesto Nacional. Los municipios apenas gestionan un 3.7%, que es lo que este año se les va entregar, y realmente es una proporción muy baja del presupuesto, lo que quiere decir que su impacto en la calidad de vida de la gente no es el mejor”.

División territorial era una necesidad

El experto en temas municipales sostiene que aunque no hay indicadores concretos que puedan medir si ha habido una mejoría o disminución de la calidad de vida de los munícipes tras la división y creación del Gran Santo Domingo, en sentido general cree que la fragmentación era necesaria.
Sin embargo, añade que si hubo un fallo en la ley promovida por el entonces director del Consejo Nacional de Reforma del Estado (Conare), Tirso Mejía Ricart, fue no haber contemplado la creación de una mancomunidad que le diera coherencia al conjunto de municipios, y lo que se hizo fue crear ocho ayuntamientos, con una serie de iniquidades de unos frente a otros.

Dijo que aunque en la actualidad ese ente existe, no cuenta con los recursos asignados para hacer su trabajo.

“La tradición de la administración municipal quedó sobre todo concentrada en el Ayuntamiento madre, que es el del Distrito Nacional, por eso, hoy nos encontramos que ese cabildo, aparte de representar el ayuntamiento con un volumen de población casi más importante, tiene múltiples capacidades concentradas, una mayor cantidad de riqueza, un territorio más consolidado y toda la tradición de la experiencia de lo que fue la Alcaldía. Esto ha hecho que las nuevas administraciones de los demás municipios, hayan tenido que irse desarrollando paulatinamente a lo largo de estos años de vida que tienen funcionando como tales, y por eso nos encontramos que muchos de ellos no tienen quizás todas las capacidades, todas las competencias y no cuentan con el aval técnico necesario”, dijo.

Los siete municipios comparten los mismos problemas

Afirma que el Gran Santo Domingo sigue siendo una gran urbe, que tiene que ser estudiada y gestionada en base a políticas comunes.

Con respecto a una de las áreas más importantes de los municipios, como es el aseo urbano, Rojas sostiene que al igual que el Distrito Nacional, la mayoría de los municipios no tienen un relleno sanitario adecuado donde verter sus desechos sólidos.

Afirma que un estudio de su autoría arrojó que debe haber una gestión mancomunada del destino final de los residuos sólidos que vaya acompañada de una red de siete estaciones de transferencia para mejorar y disminuir los costos del transporte. Concomitantemente desarrollar políticas educativas comunes dirigidas a la ciudadanía.

“Pero si nos vamos al tránsito y la movilidad urbana, usted no puede imaginar el Distrito Nacional sin la relación con los municipios que le hacen frontera, Santo Domingo Norte, Santo Domingo Este, Santo Domingo Oeste, Boca Chica, Haina, Nigua, el tránsito urbano en Santo Domingo está articulado, eso tiene que estudiarse y trabajarse de manera mancomunada”, afirmó.

Dijo que lo mismo pasa con el saneamiento de los ríos Ozama e Isabela, los cuales tocan los siete municipios, por lo que se requiere una solución integral.

EL EXPERTO

Onofre Rojas
Director de la mancomunidad del GSD

Onore Rojas entiende que el hecho de no tratar los problemas desde una visión mancomunada los municipios pierden la gran oportunidad de articular recursos entre el Gobierno central y los gobiernos locales a través del diseño de proyectos comunes.

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