Indignación por trato a cadáver de mujer

Baitoa. En el tiempo que lleva como zacateca en el cementerio de esta comunidad, José Benito Vásquez ha visto varios casos de momificación, cuerpos que permanecen intactos, a pesar del tiempo de sepultados.

Baitoa. En el tiempo que lleva como zacateca en el cementerio de esta comunidad, José Benito Vásquez ha visto varios casos de momificación, cuerpos que permanecen intactos, a pesar del tiempo de sepultados.Sin embargo, entre moradores de este distrito municipal de Baitoa, en Santiago, no es tanto el asombro sino la indignación de ver como constantemente y sin consentimiento, desentierran a sus seres queridos de sus tumbas y los tiran a la intemperie.

Vásquez, quien fue apresado el pasado martes por sacar el cuerpo de Dalia Catalina Valerio, asegura que recientemente vivió la experiencia de ver prácticamente intacto otro cuerpo, el de Iris Valerio. “Mire, a Iris Valerio que fue sacada de la tumba a los siete años, tras morir en un accidente de motor, la vi con todos sus cabellos, su cuerpo entero, al punto de que vino un sacerdote y se la llevó para La Romana”, dijo Vásquez a reporteros de elCaribe.

Misterios del hallazgo

El cuerpo de Dalia Catalina Valerio fue llevado al Inacif la mañana del jueves, entregado a su hija Iluminada Valerio y sepultado en una bóveda prestada de otro pariente. El cadáver de Dalia fue mandado a sacar por su pariente Ramón Núñez. Para Pedro Antonio Valerio, hijo de Dalia Valerio, el que el cuerpo de su madre siga momificado, tras 16 años de su entierro es un verdadero milagro.
Una de las causas es atribuida a que previo a ser sepultada en 1999, la pasaran de formol.

Sin embargo, Pedro Antonio Valerio lo descarta, pues asegura que su progenitora murió en suelo dominicano tras permanecer siete años en silla de ruedas y sin poder hablar por una parálisis, tras ser traída desde los Estados Unidos.

Pese a su asombro por su madre momificada, Valerio ve más indignación que sin el consentimiento de los parientes fuera sacada del nicho y dejada abandonada. 

No hay espacios para enterrar a sus muertos

“Lo que sucede en ese cementerio es penoso. Recientemente sacaron otros dos muertos, incluso un recién enterrado”, expuso Pedro Antonio Valerio. La denuncia es corroborada por las familias que viven cerca del campo santo, quienes dicen que el hedor no los deja ni dormir. Lubertina Beltré, quien asegura tener 108 años, conoció a Dalia Catalina y cree que su caso es un milagro.

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