Llegó la primavera, y con ella las alergias

Cada cierto tiempo nuestro organismo es “bombardeado” por múltiples virus, que según la defensa del cuerpo, pueden enfermarnos o hacernos sentir “débil”.

Cada cierto tiempo nuestro organismo es “bombardeado” por múltiples virus, que según la defensa del cuerpo, pueden enfermarnos o hacernos sentir “débil”. Esto, por lo regular, es muy común al cambiar de temporada, y como iniciamos la primavera, debemos prepararnos para prevenir algunas de estas patologías.

Durante esta época, las alergias son las enfermedades más comunes, y se debe básicamente al proceso de polinización de diferentes tipos de plantas. Esto trae como consecuencia que los afectados presenten congestión nasal, conjuntivitis, estornudos y dificultad a la hora de respirar, tanto que pueden desarrollar asma alérgica.

El tratamiento para este tipo de reacciones debe ser indicado por un especialista, quien por lo regular receta antihistamínicos o descongestionantes.
Otra enfermedad habitual durante estos días es la varicela, una infección viral donde la persona presenta ampollas extremadamente pruriginosas en todo el cuerpo. La varicela solía ser una de las enfermedades clásicas de la niñez. Sin embargo, desde la llegada de la vacuna contra dicha enfermedad, ésta se ha vuelto menos común.

A pesar de los avances en torno a las alergias primaverales, esta es una rama de la medicina en la que queda mucho por descubrir. La primera causa obvia es de tipo ambiental: el polen se combina con partículas químicas procedentes de la contaminación, creando compuestos más complejos contra los que reacciona el sistema inmunitario.

Según Francisco Feo Brito, coordinador del comité de aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, en la actualidad cada vez hay más personas afectadas por estas patologías primaverales, ya que años atrás solo un 5% de la población presentaba complicaciones, mientras que hoy en día afecta entre un 20 y un 40%.

De acuerdo a estudios realizados por dicha sociedad, esto se debe al aumento de la cantidad de estas plantas en urbanizaciones y jardines de casas, lo que hace que el número de afectados siga en aumento.

En un artículo publicado en Consumer. es , Feo Brito asegura que la presencia simultánea de varios pólenes alergénicos hace que el 95% de los pacientes esté polisensibilizado, y que solo un 10% de todas las personas alérgicas lo es a un único polen.

¿A qué se debe esto? ¿Se puede prevenir? Según estudios, todo es parte del ciclo, y dependiendo de cómo fue el invierno será la primavera, explica Feo Brito.

Todo es un proceso

Para la estación, también se incrementan los casos de faringitis, amigdalitis, rinitis, fiebre del heno y la sinusitis, que, según el doctor Alberto Santana, es solo parte del cambio, ya que a medida que aumenta la temperatura con la llegada del verano, en la próxima temporada, otras patologías se agregan.

Santana, quien es gastroenterólogo, dice que entre las enfermedades más comunes y peligrosas que se presentan en verano, están las diarreicas, ocasionadas ya sea por virus que penetran al organismo por vía aérea, ocasionando fuertes gastroenteritis; o por bacterias o parásitos provenientes de alimentos que se descomponen fácilmente por el calor.

“El principal riesgo de estas enfermedades es que en pocas horas, la diarrea y el vómito, que son sus principales síntomas, pueden ocasionar deshidratación severa en una persona, sobre todo en niños y personas mayores”, comenta Santana.

Las lluvias permiten la formación de charcos y con ello la proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue clásico, el hemorrágico y el paludismo. La humedad en situaciones extremas, ocasionadas por inundaciones, también incrementan infecciones en las mucosas, por lo que la conjuntivitis es otra de las enfermedades que se presenta con mayor frecuencia durante la primavera y el verano.

Medidas
Aplicar las vacunas correspondientes y existentes; comer bien e incorporar a las comidas alimentos que contengan frutas y verduras, es decir vitaminas y minerales; cuidar mucho la higiene personal; evitar introducir al ambiente contaminantes como humo de tabaco, basura… y evitar estar en contacto con personas enfermas, son algunas de las medidas preventivas que debes poner en práctica.

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