La situación de los pobladores de Boca de Cachón, en la provincia Independencia, ya era insostenible cuando el gobierno decidió construir las infraestructuras para mudarlos. Las aguas del lago Enriquillo ya estaban debajo de los suelos de casi la totalidad de las viviendas, y mucho antes los campos agrícolas fueron inundados. Las condiciones se habían deteriorado por completo.

Fue una decisión justa y oportuna. El gobierno y los responsables al mando trabajaron con inusual rapidez. La inauguración constituyó un bonito acto en el que se resaltó una acción exitosa del gobierno, pero según los hechos revelados por el reportero Genrris Agramonte en este diario, obras fundamentales para el hábitat de la gente, no fueron realizadas o terminadas. La acción pública quedó incompleta.

Así, una obra positiva, bien pensada, se está convirtiendo en un valor negativo para los habitantes y para la imagen del gobierno.

El servicio de agua potable es inexistente. Depende del Acueducto del Suroeste (Asuro), que de por sí viene resultando insuficiente hasta para las comunidades más cercanas a la toma de agua, sobre el río Yaque del Sur, en Vicente Noble. La fuerte demanda, que incluye a varios municipios de las provincias Barahona, Bahoruco e Independencia, provoca que a Boca de Cachón el líquido apenas llegue.

Quienes construyeron el pueblito lo saben muy bien. E incluso, desde el principio se planteó la posibilidad de un suministro alterno desde La Descubierta. Pero no se hizo.

Pasa igual con el proyecto agrícola que devolvería la fuente de trabajo a los agricultores. Las tierras, feraces, están identificadas, pero los responsables no las prepararon ni construyeron los pozos.

Asimismo, infraestructuras ideadas para prestar importantes servicios no terminan de ser abiertas, como un centro geriátrico, una escuela de informática, la estancia infantil y facilidades para asistencia sicológica a consecuencia de la mudanza. Ninguna está funcionando.

Las 500 familias trasladadas, llenas de esperanzas, no piden demasiado. Sólo que el gobierno cumpla lo prometido. El proyecto agropecuario y el suministro de agua potable. Esenciales ambos.

Ah, hay 20 familias que siguen en el viejo poblado abandonado. Esperan sus viviendas.

El efecto mediático del “pueblo modelo” se alcanzó. Pero las personas se sienten abandonadas. 

El presidente Danilo Medina dejó inaugurada ayer una ciudad modelo: Boca de Cachón. Una obra más en su incesante carrera de construcción de infraestructuras escolares y viales desde el año pasado. En pocos días ya se habrá olvidado que ese proyecto fue consecuencia de la crecida del lago Enriquillo, en la provincia Independencia, que ha afectado la vida de productores de varias poblaciones, pero dramáticamente a Boca de Cachón, situado a orillas del acuífero.

El presidente Medina acudió a la zona. Anunció una solución y ya está. Su estilo de trabajo rápido y eficiente tiene que ser reconocido. Ese reconocimiento debe incluir el esfuerzo de coordinación interinstitucional bajo el liderazgo del Ministerio Administrativo de la Presidencia, a cargo de José Ramón Peralta.

Boca de Cachón es un modelo de respuesta ante una emergencia, pero al mismo tiempo, un concepto urbano del que se espera una adecuada funcionalidad, con la participación de sus habitantes, de modo que lo creado no sea degradado.

Es una ciudad integral y hermosa que aloja a 546 familias que están instalándose en una nueva forma de habitabilidad. Imaginamos que habrá un acompañamiento y un proceso de adaptación a los nuevos servicios.

Las viviendas lo tienen todo, hasta la posibilidad de huertos mediante métodos de irrigación para producir algunos alimentos básicos.

Pero además, responde a unos estándares de modernidad únicos. Increíbles: escuelas básica, intermedia y secundaria. Estancia infantil, escuela laboral.
Unidad de atención primaria. Las viviendas están dotadas de energía -24 horas-, parques temáticos, mercado, centro de atención familiar, centro comunal, iglesias, católica y protestante, locales para el ayuntamiento, la Policía, Inapa, centro de informática, área comercial. Y hasta un helipuerto.

La nueva comunidad de Boca de Cachón tiene además estadio de pelota, canchas deportivas, centro de ancianos, oficina de la Cruz Roja, oficina de extensión agropecuaria y estación de bomberos. Y un sistema de drenaje y tratamiento de aguas servidas.

Al fondo, una vista espectacular del lago y la sierra de Bahoruco. Boca de Cachón, un ensueño. Invita conocerlo.

Se espera que los proyectos agropecuarios completen la obra y mejorar la vida de vecinos de otras comunidades también afectados.