Gabriela Mistral, su vida

Rocío Eleanor de los Santos Grimaldi, profesora y abogada, rescata un ensayo juvenil de carácter biográfico sobre la nunca bien ponderada poetisa chilena Gabriela Mistral. Como ocurrió con muchos niños dominicanos durante las décadas entre 1960&#823

Rocío Eleanor de los Santos Grimaldi, profesora y abogada, rescata un ensayo juvenil de carácter biográfico sobre la nunca bien ponderada poetisa chilena Gabriela Mistral. Como ocurrió con muchos niños dominicanos durante las décadas entre 1960 y 1980, la autora fue impresionada con los versos de la Premio Nobel 1945, cuya lectura era obligada desde los cursos de la educación básica.

Entre la gloria literaria y la miseria material y existencial transcurre la vida de Lucila Godoy Alcayaga (1889-1957), quien luego escogió por nombre Gabriela, en honor al poeta italiano Gabriel D Annunzio, y apellido Mistral, por el escritor francés Federico Mistral, tal como lo registra con sencillez, pero con expresivo humanismo la novel ensayista.

Marcada tempranamente por severas heridas sentimentales, perseguida por el fantasma del suicidio que toca a quien fuera su primer amor y luego al adorado sobrino que colmara el vacío del hijo que nunca tuvo, la Mistral encuentra en la fe y la poesía sus refugios ante las adversidades.

Maestra de maestros, contó entre sus discípulos al gran Pablo Neruda, quien la recuerda, en la cita de Rocío Eleanor, “en Temuco con vestidos largos y zapatos de tacos. Era la nueva directora del Liceo de Niños. Venía de nuestra ciudad austral, de las nieves de Magallanes. Se llamaba Gabriela Mistral”.

Justo es valorar el rescate de la presencia de Gabriela en República Dominicana, en un viaje de 48 horas que hizo el miércoles 17 de junio de 1931, según lo reseña del diario La Opinión, referida en la obra. En su contacto con el público habló con propiedad sobre la Ocupación Norteamericana al país en 1916, exhortando a los interlocutores a preservar la memoria de los que enfrentaron ese atentado a la soberanía.

“Hay que sepultar bajo cuarenta palmos de tierra todas las malas tradiciones, y revivir las buenas, las de buena ley”, decía, mensaje que recobra vigencia en este libro.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas