Las lesiones derivadas de accidentes ocurridos en el hogar y su entorno ocurren casi siempre por descuido, distracciones e imprudencias. La mayoría son evitables. Contusiones, fracturas y heridas originadas por caídas, choques o golpes suelen ocurrir. Los cortes y las quemaduras son las lesiones más comunes. Hay medidas preventivas elementales para tener en cuenta y evitar que sucedan.
El grupo de población con más riesgo lo componen las personas mayores de 80 años. Su agilidad y resistencia ante caídas imprevistas y accidentes ocurridos por despiste está mermado por la edad y cualquier golpe puede resultar fatal para su salud. Esto no significa que el segmento de 50 y 60 no lo padezcan, incluso, por la misma razón.
El psicólogo Ramón Emilio Almánzar, del Centro Vida y Familia, explica que estas situaciones las primeras veces ocurren sin tener control, pero luego que sucedan episodios aparatosos, lo importante es crear conciencia y ponerse alerta sobre esto, asumiendo una conducta más pausada y prestando atención a las actividades que se realizan en el día a día en la casa y fuera de ella.
El especialista comenta que algunos accidentes tienen una relación directa con la edad, pero otros son por falta de atención y concentración de la persona, incluyendo algún trastorno por déficit de atención. Dice que muchas personas, en períodos de estrés, pierden el enfoque, y su atención se les deteriora. En algunos casos estos accidentes pueden ocurrir por un asunto de edad, quizás por demencia senil, el Alzheimer, o alguna otra condición que degenera sus funciones cerebrales.
“Este tipo de personas podrían dejar artefactos eléctricos conectados, como la plancha, por ejemplo. Dejan la estufa encendida, la nevera abierta, las llaves dentro del carro, e incluso suelen olvidarse de niños si están en el colegio o en cualquier otro lugar, entre otras situaciones”, expresa.
Aunque parezca una tontería, la familia debe prestarle especial atención a sus parientes y chequear las tareas que estas personas realizan. Por ejemplo, a la seguridad de los cierres de las puertas, ventanas y terrazas, sobre todo en las habitaciones de los niños. Si la persona despistada fuma, pues con más razón, porque suelen dejar el cigarrillo encendido en cualquier lugar, lo que podría provocar un incendio.
“Un despiste al año es muy normal para todas las personas; ahora bien, cuando esto se convierte en un tema del día a día en el hogar, poniendo en riesgo incluso la integridad física de la persona, hay que prestarle atención al problema y buscar soluciones a tiempo. Si el problema de atención se prolonga por un periodo largo y sostenido de 3 a 6 meses o más, es importante hacer una consulta para evaluar qué podría estar pasando. Lo ideal es hacer interconsultas entre psicólogo, psiquiatra y neurólogo”, recomienda Almánzar.
Medidas preventivas
Existen conductas preventivas básicas que fomentan los hábitos seguros. En este caso la atención y el cuidado son necesarios, para evitar accidentes y situaciones lamentables. En el baño, es recomendable colocar delante de la bañera, o cualquier zona expuesta a humedad y salpicaduras, las alfombras o antideslizantes que convengan. Siempre es bueno mantener secos los suelos, sacando inmediatamente el agua y ventilando el cuarto. Instalar en la pared de la bañera o la ducha una barra de sujeción que permita entrar, salir y desplazarse en el interior con mayor facilidad. Sobre todo si en la casa viven personas mayores o discapacitadas.
No usar cuchillos ni tijeras o utensilios similares en tareas que no les correspondan. Al tirar en la bolsa de la basura latas de conservas ya abiertas, hay que meter hacia adentro las tapas metálicas o colocarlas en su propio envase. Para retirar los trozos rotos de vidrio o de loza usar siempre los guantes de plástico o la escoba, y envolver en papel esos restos antes de tirarlos a la basura
En cuanto al uso incorrecto de los productos de limpieza, son numerosas las intoxicaciones producidas por el mal uso de estos químicos, como lejía, amoníaco, cloro, etc., son nocivos para la salud si no se siguen sus indicaciones de uso. Nunca se deben mezclar los líquidos destinados a la limpieza, ya que muchas combinaciones reaccionan químicamente y pueden convertir la casa en una zona de peligro. No utilizar otros envases para el almacenamiento de los productos de limpieza que puedan provocar confusiones. Siempre dejarlos fuera del alcance de los niños. Es recomendable evitar el contacto de las sustancias químicas de los productos de limpieza con la piel y los ojos, además deben protegerse las manos con guantes. También hay que recordar no dejar el auto en marcha en el interior del garaje. Es causa de accidentes lamentables. l
Otras medidas
El psicólogo Ramón Almánzar, explica que para potenciar la memoria se pueden realizar actividades que tengan que ver con el uso de la atención, como leer, escribir, conversar con otras personas y practicar la escucha activa y la retroalimentación, además de llenar crucigramas. Esto ayuda a mantener activas las neuronas en el cerebro, lo cual es especialmente importante a medida que uno envejece.
Cuando la persona vive sola, debe hablar con amigos y miembros de la familia acerca de sus problemas de memoria, de manera que ellos sepan cómo ayudar. Si disfruta de los videojuegos, trate de jugar uno que haya sido desarrollado para desafiar la mente.
Dormir bien es un requisito básico para mantenernos saludables. Nuestro cuerpo lo necesita y, por supuesto, también nuestra mente. Si duerme profundamente cada noche rendirá muchísimo mejor en su trabajo y en sus estudios, de manera que dormir bien es necesario para mantener nuestro cerebro activo. La actividad física también es efectiva para combatir el trastorno de déficit de atención. El psicólogo explica que no es necesario ser un deportista de alto rendimiento o realizar ejercicios intensos para gozar de sus beneficios. Caminar, andar en bicicleta, hacer yoga o pilates también es efectivo para mantener su salud mental. Elija su actividad favorita.
Saber
La gran mayoría de los accidentes que se producen en el hogar ocurren por la falta de atención en la ejecución de las tareas cotidianas, o a la falta de medidas de seguridad en cada habitación del hogar.
