Caso de Jorge Puello Soriano “El Men”

 Capitulo XXII Como se ha podido observar, fueron momentos sumamente difíciles, dolorosos, mortificantes y de incertidumbre los que vivió el pueblo dominicano durante todo el año 1975. Las acciones represivas del régimen…

 Capitulo XXII

Como se ha podido observar, fueron momentos sumamente difíciles, dolorosos, mortificantes y de incertidumbre los que vivió el pueblo dominicano durante todo el año 1975. Las acciones represivas del régimen de los doce años del doctor Balaguer, no tenían límites; el gobierno no daba tregua a sus adversarios. Pero cada organización política contaba con cuadros dirigenciales a los cuales los órganos de represión siempre les tenían la vista puesta, como fue el caso de Jorge Puello Soriano (a) El Men, del Movimiento Popular Dominicano.

Cada vez que ocurría un hecho de delincuencia común la Policía Nacional incluía entre los autores a El Men, con la finalidad de eliminarlo físicamente en cualquier momento o detenerlo y mantenerlo en prisión por tiempo indefinido. El organismo policial le preparó 25 acusaciones diferentes que iban desde un asalto al Banco Popular Dominicano, hasta el asesinato de guardias y policías.

Es bueno señalar, que por estar El Men figurando en expedientes muy diversos en los cuales estaban incluidos otros de sus compañeros de partido, tanto el doctor Orlando Rodríguez como yo, estábamos en el deber de asistir en sus medios de defensa a todos los coacusados, aunque no les conociéramos personalmente. En el expediente en el cual el Servicio Secreto de la Policía Nacional vinculó a El Men con el asalto al Banco Popular Dominicano, el organismo policial, en acta levantada al efecto y que consta en la Providencia Calificativa No.46-76, del proceso No. 165-75 de fecha 6 de julio de 1976, dictada por el Juez de Instrucción de la Cuarta Circunscripción del Distrito Nacional, dice lo siguiente:

a) Que siendo aproximadamente las 11:00 horas de la mañana del día 30 de enero del pasado año 1975, un grupo de elementos portando armas cortas y largas, integrantes del Movimiento Independiente Revolucionario Dominicano, formado por dirigentes y miembros de los grupos «Los Trinitarios» y «Los Comandos de la Resistencia del Movimiento Popular Dominicano», se presentaron a la agencia del Banco Popular Dominicano, ubicado en la calle A de la Zona Industrial de Herrera y después de darle muerte al sargento Félix Victoria Ávila, del E. N., de servicio de custodia allí, penetraron violentamente a dicha entidad bancaria, encañonando con armas a los empleados y clientes que se encontraban, obligando al señor Rafael Eduardo Suazo Martínez, bajo la amenaza de dispararle, a que abriera la caja fuerte de donde sacaron todo el dinero y recogieron el que tenían las cajeras para las operaciones del día, ascendente a un total de RD$60,060.95, que echaron en dos sacos que llevaron con esos fines, retirándose del lugar con la carabina del soldado asesinado, en dos carros, que habían sustraído previamente con este propósito y a los cuales le habían puesto placas falsificadas; b) que las investigaciones practicadas por el Departamento Secreto de la Policía Nacional, permitieron establecer que el aludido atraco fue planificado en reuniones celebradas en distintos sitios de esta ciudad por dirigentes y miembros de los grupos conocidos como «Los Trinitarios», que lidera Guillermo Rubirosa Fermín, y «Los Comandos de la Resistencia de la Facción del Movimiento Popular Dominicano», que comanda Jorge Puello.

Soriano (a) El Men y David Onelio Espaillat Campos. (56)

Luego de ser perseguido durante varios años, El Men fue detenido por agentes del Servicio Secreto de la Policía Nacional. El doctor Orlando Rodríguez y yo asumimos su defensa. Interpusimos un recurso de hábeas corpus en su favor en los primeros meses del año 1976. El juez buscaba todas las formas para no conocer el fondo del recurso. Lo mismo hacía el Ministerio Público, hasta el punto de que los abogados nos vimos en la necesidad de someter judicialmente al Procurador General de la Corte de Apelación del Distrito Nacional por no realizar las diligencias para la presentación de El Men a los fines de conocer el recurso interpuesto. (57)

La maniobra de los funcionarios judiciales llegó al colmo de llevarlo a la audiencia sin avisar a sus abogados, con el fin de conocer su caso sin sus defensores. (58)

Mientras permaneció detenido, El Men fue objeto de toda clase de humillaciones y torturas. Llegó a permanecer más de tres meses sin ver el sol y solamente recibía alimentos una vez al día. (59) Su salud se deterioró en un grado tal que motivó la alarma de sus familiares y abogados. (60)

La posposición de las audiencias se hizo una rutina odiosa que ponía de manifiesto lo que era la justicia del régimen de Balaguer de los doce años. (61)
En una de las audiencias que se le celebró por la acusación de asalto al Banco Popular, uno de los testigos presentes en el asalto declaró no haberlo visto en el momento del robo. (62)

El entonces secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, René Beauchamps Javier, dispuso un examen médico de El Men con el fin de acallar la protesta de los familiares y ante la presión de la opinión pública. (63)

Luego, El Men calificó el examen médico de «mecánico» y declaró a la prensa que estaba sufriendo fuertes dolores en el estómago y que había perdido 80 libras desde que fue detenido. (64)

También llegó a denunciar el estado deplorable en que se encontraban los presos políticos en la cárcel de La Victoria. (65)

Ante la imposibilidad de probar los hechos, el gobierno prometió liberarlo, junto a 34 presos más, a condición de que saliera del país, a lo que se negó. (66)

El 30 de mayo de 1978, cuando ya el doctor Balaguer había perdido las elecciones del día 16, la audiencia fue pospuesta nuevamente. Finalmente, fue puesto en libertad con el cambio de gobierno. Junto a El Men, asistí en sus medios de defensa a Alcides Encarnación, Augusto Álvarez y a su esposa Carmen Gisela García y Juan Bautista Castillo Pujols.

En torno a la persona de El Men debo decir que con él mantengo excelentes relaciones; le admiro por su coherencia política, por su abnegación y defensa de sus ideas y, principalmente, por no haber transigido en sus convicciones con sus adversarios políticos. Ha vivido bajo un estado permanente de pobreza económica material, pero con mucha dignidad y decoro.

Debo destacar que organismos internacionales y nacionales mantenían comunicación conmigo para conocer la situación de los presos políticos.
Para la generalidad de los dominicanos y dominicanas con sensibilidad, fibras democráticas y convicciones progresistas, la derrota del Dr. Balaguer en mayo de 1978 representó un avance, un respiro, algo así como si hubiera nacido un nuevo país. Pero una cosa es a lo que el pueblo aspira y otra, muy distinta, la que pinta la realidad.

Para los que creemos sinceramente en la democracia, en la democracia de pueblo, no debe haber limitaciones para el ejercicio de los derechos y libertades y uno de los derechos consagrados en la Constitución política de nuestro país, es el que tienen todos los dominicanos y dominicanas a vivir en su país.
El gobierno presidido por don Antonio Guzmán Fernández, al principio, no lo creía así y ahí mismo comenzó una nueva lucha, ahora en otro escenario y también, por qué no decirlo, para los demócratas sinceros en otro escenario distinto al que pintó el accionar político durante el régimen del doctor Balaguer.

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