Ante un escenario político tan interesante, como el que se teje para mayo del 2016, hay quienes que no pueden darse el lujo de hacerse a un lado para que pasen los mismos de ayer, los que son el pasado, el presente y se creen el futuro del pueblo dominicano.
En tal sentido, y como esta sociedad sigue inclinada hacia los partidos para buscar solución a sus problemas, me gustaría ver a Víctor -Ito- Bisonó empoderarse de un partido que se mueve con los vientos, un PRSC que no ha aportado nada en la última década pero que sale tan caro como si lo hiciera.
Me gustaría verlo coqueteando con una nueva sociedad que pide políticos distintos, políticos que les descifren e inserten en el futuro con un discurso sin historias, sin personajes que ya no pueden cambiar nada, un discurso construido con respuestas a un mañana que les asusta y les haga olvidar un pasado que les espanta.
Es complicado decirle a Ito lo que pasaría si ignora la oportunidad que se le presenta en su partido, pero sobre todo, en el escenario político nacional.
Y es que «…son necesarias nuevas ideas, nuevas formas de encarar los problemas. Repetir una y otra vez las mismas políticas no nos llevarán a resultados diferentes. Frente a las nuevas realidades, tenemos que innovar en la forma que analizamos los desafíos que afectan a nuestra sociedad…». Página dieciocho del libro «Visión de Nación» de Ito Bisonó.
Puede que no tenga la oportunidad de ver a Ito Bisonó para enterarle de lo que pienso, pero quizás alguien le cuente lo que dijo Balaguer al inaugurarse el busto erigido a Rubén Darío en el parque del mismo nombre: «…Cuando la estirpe inmortal parecía ya definitivamente agotada, y cuando ya el vulgo de los hombres pensaba que la historia permanecería inmóvil en torno a los arquetipos anteriores, surge inesperadamente un genio que repite el milagro y pone a correr de nuevo la corriente misteriosa».
Por: José Miguel Otáñez
El autor es periodista, reside en Santo Domingo.
