Chacabanas: rumbo a ser la “pieza país”

En la empresa de Noel Newman la actividad comenzó temprano. El reloj no ha marcado las 9:00 de la mañana y ya se han dado los primeros puntazos que marcarán la etapa final de una chacabana.Noel Atelier-asesoría de imagen, ubicada en…

Chacabanas: rumbo a ser la “pieza país”

En la empresa de Noel Newman la actividad comenzó temprano. El reloj no ha marcado las 9:00 de la mañana y ya se han dado los primeros puntazos que marcarán la etapa final de una chacabana.Noel Atelier-asesoría…

En la empresa de Noel Newman la actividad comenzó temprano. El reloj no ha marcado las 9:00 de la mañana y ya se han dado los primeros puntazos que marcarán la etapa final de una chacabana.

Noel Atelier-asesoría de imagen, ubicada en la Rafael Augusto Sánchez número 93B, del ensanche Evaristo Morales en la Capital, es uno de los 20 miembros activos con que cuenta el Clúster de Chacabanas para conquistar nuevos mercados que representen a República Dominicana a nivel internacional. Los pasos que se han dado son certeros, asegura a elCaribe el presidente de la organización, Francisco Rodríguez, representante de Faraón Indumentarias.

Inicialmente, se ha calculado que el país tiene una proyección anual de colocación por unos RD$12.0 millones o su equivalente en dólares. Y una parte importante de esas colocaciones será de las empresas de Newman, de Faraón, entre otras destacadas en este renglón que existen en el país, como la de Modesto Portes, Hipólito Peña, Arcadio Díaz o Tony Boga.

La capacidad instalada entre las empresas miembros del clúster (activas son unas 20, aunque genéricamente hay 25 inscritas) alcanza para producir unas 2,500 chacabanas mensualmente, “siendo un poco tímidos”, según los números que maneja Francisco Rodríguez. “Se trata de un producto acabado, dotado de un sello con potencial para afianzar la marca país”, apunta el diseñador, dejando claro que la calidad de las piezas logradas por las firmas de República Dominicana no se discute.

“Realmente el mercado dominicano se está moviendo, se está educando a la gente. Porque, lamentablemente, en el país hay mucha incidencia y transculturización que viene básicamente de Estados Unidos, y las personas se han acostumbrado a andar en jeans y poloshirt. Se ha perdido el estilo, la elegancia y el concepto del buen vestir. Nosotros los chacabaneros estamos chocando contra eso, contra un público inculto vestimentalmente hablando”, dice Rodríguez. Su empresa Faraón Indumentarias está en Los Jardines del Este número 9, en El Rosal, Santo Domingo Este.

Mientras Newman, en una pausa que hizo en su empresa para hablar con este diario, asegura que está logrando una mayor penetración al mercado, porque no se limita al diseño de la chacabana tradicional, aquella a la que mucha gente“le tenía miedo”; porque si la persona era joven entendía que esa vestimenta “le hacía ver unos añitos de más”.
Conocidas también como “guayaberas”, las chacabanas son muy populares y usadas en Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, México, Panamá, Venezuela, en la región Caribe de Colombia, en la costa ecuatoriana, Canarias, las Filipinas y otros países de Centroamérica.

El precio al que se comercializan posibilita que mucha gente pueda comprarlas. Se pueden obtener desde los RD$1,800 hasta los RD$25,000. Hay para todos los gustos y posibilidades. El precio estará muy sujeto a una serie de características de la pieza. Por ejemplo, hay telas de las que una sola yarda cuesta RD$5,000. Es decir, que -en este caso-, si un diseñador gasta 10 mil o 15 mil pesos en la tela, tiene que vender la pieza al menos en 25 mil para ganarle.

En el caso particular de las chacabanas del clúster, éstas son artesanales, no son las mismas que comúnmente se encuentran en las tiendas, y se posicionan desde los RD$3,500 hasta los RD$15,000. “Son chacabanas en un lino original, hechas a mano, con una persona que pone toda la dedicación al hacerte una chacabana en un día. Y es algo que se hace de tal forma que cuando tú te pones una chacabana de las de nosotros, te das cuenta de que se trabajó para ti, que se te personalizó y se te trató con el respeto que merece tu personalidad. Tú te sientes distinguido”, apunta el representante del Clúster de Chacabanas.

La organización tiene un ambicioso plan y en febrero pretende convocar a más de 200 chacabaneros del país para convertir la institución en una de mayor fortaleza a nivel de textiles y ser la punta de lanza del mercado de las chacabanas a nivel nacional e internacional. “Es que en ninguna parte del mundo nadie produce una chacabana como la producimos nosotros los dominicanos”, resalta con optimismo Modesto Portes, cuya tienda-taller está ubicada en la avenida Ortega y Gasset número 3, del ensanche La Fe de la capital.

El CEI-RD ha jugado un papel fundamental

Como parte del programa de internacionalización de las chacabanas, el Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD) ha impulsado la capacitación a más de veinte empresas del sector, apoyo técnico para el aprovechamiento de los tratados comerciales y para la inserción competitiva en los mercados extranjeros, así como la propia conformación del Clúster de Chacabanas.

Posted in Sin categoría

En la empresa de Noel Newman la actividad comenzó temprano. El reloj no ha marcado las 9:00 de la mañana y ya se han dado los primeros puntazos que marcarán la etapa final de una chacabana.

Noel Atelier-asesoría de imagen, ubicada en la Rafael Augusto Sánchez número 93B, del ensanche Evaristo Morales en la Capital, es uno de los 20 miembros activos con que cuenta el Clúster de Chacabanas para conquistar nuevos mercados que representen a República Dominicana a nivel internacional. Los pasos que se han dado son certeros, asegura a elCaribe el presidente de la organización, Francisco Rodríguez, representante de Faraón Indumentarias.

Inicialmente, se ha calculado que el país tiene una proyección anual de colocación por unos RD$12.0 millones o su equivalente en dólares. Y una parte importante de esas colocaciones será de las empresas de Newman, de Faraón, entre otras destacadas en este renglón que existen en el país, como la de Modesto Portes, Hipólito Peña, Arcadio Díaz o Tony Boga.

La capacidad instalada entre las empresas miembros del clúster (activas son unas 20, aunque genéricamente hay 25 inscritas) alcanza para producir unas 2,500 chacabanas mensualmente, “siendo un poco tímidos”, según los números que maneja Francisco Rodríguez. “Se trata de un producto acabado, dotado de un sello con potencial para afianzar la marca país”, apunta el diseñador, dejando claro que la calidad de las piezas logradas por las firmas de República Dominicana no se discute.

“Realmente el mercado dominicano se está moviendo, se está educando a la gente. Porque, lamentablemente, en el país hay mucha incidencia y transculturización que viene básicamente de Estados Unidos, y las personas se han acostumbrado a andar en jeans y poloshirt. Se ha perdido el estilo, la elegancia y el concepto del buen vestir. Nosotros los chacabaneros estamos chocando contra eso, contra un público inculto vestimentalmente hablando”, dice Rodríguez. Su empresa Faraón Indumentarias está en Los Jardines del Este número 9, en El Rosal, Santo Domingo Este.

Mientras Newman, en una pausa que hizo en su empresa para hablar con este diario, asegura que está logrando una mayor penetración al mercado, porque no se limita al diseño de la chacabana tradicional, aquella a la que mucha gente“le tenía miedo”; porque si la persona era joven entendía que esa vestimenta “le hacía ver unos añitos de más”.
Conocidas también como “guayaberas”, las chacabanas son muy populares y usadas en Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, México, Panamá, Venezuela, en la región Caribe de Colombia, en la costa ecuatoriana, Canarias, las Filipinas y otros países de Centroamérica.

El precio al que se comercializan posibilita que mucha gente pueda comprarlas. Se pueden obtener desde los RD$1,800 hasta los RD$25,000. Hay para todos los gustos y posibilidades. El precio estará muy sujeto a una serie de características de la pieza. Por ejemplo, hay telas de las que una sola yarda cuesta RD$5,000. Es decir, que -en este caso-, si un diseñador gasta 10 mil o 15 mil pesos en la tela, tiene que vender la pieza al menos en 25 mil para ganarle.

En el caso particular de las chacabanas del clúster, éstas son artesanales, no son las mismas que comúnmente se encuentran en las tiendas, y se posicionan desde los RD$3,500 hasta los RD$15,000. “Son chacabanas en un lino original, hechas a mano, con una persona que pone toda la dedicación al hacerte una chacabana en un día. Y es algo que se hace de tal forma que cuando tú te pones una chacabana de las de nosotros, te das cuenta de que se trabajó para ti, que se te personalizó y se te trató con el respeto que merece tu personalidad. Tú te sientes distinguido”, apunta el representante del Clúster de Chacabanas.

La organización tiene un ambicioso plan y en febrero pretende convocar a más de 200 chacabaneros del país para convertir la institución en una de mayor fortaleza a nivel de textiles y ser la punta de lanza del mercado de las chacabanas a nivel nacional e internacional. “Es que en ninguna parte del mundo nadie produce una chacabana como la producimos nosotros los dominicanos”, resalta con optimismo Modesto Portes, cuya tienda-taller está ubicada en la avenida Ortega y Gasset número 3, del ensanche La Fe de la capital.

El CEI-RD ha jugado un papel fundamental

Como parte del programa de internacionalización de las chacabanas, el Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD) ha impulsado la capacitación a más de veinte empresas del sector, apoyo técnico para el aprovechamiento de los tratados comerciales y para la inserción competitiva en los mercados extranjeros, así como la propia conformación del Clúster de Chacabanas.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas