Finanzas para recién casados

Como van los tiempos, no sería una sorpresa que el discurso matrimonial cambie para decir “hasta que el dinero los separe”. Y es que el matrimonio, como toda empresa que aspira al éxito, también requiere buenos…

Como van los tiempos, no sería una sorpresa que el discurso matrimonial cambie para decir “hasta que el dinero los separe”. Y es que el matrimonio, como toda empresa que aspira al éxito, también requiere buenos administradores, de lo contrario estará destinado a fracasar.

Hoy día, el tema del dinero puede ser uno de los mayores causantes de tensión entre las parejas. De hecho, un estudio de la Universidad de Utah determinó que “las parejas que discuten por dinero todas las semanas, tienen un 30% más de posibilidades de terminar en divorcio”.

Por ello es importante que desde antes de casarse entablen una saludable relación financiera en la que ambos puedan estar de acuerdo y tener las cuentas claras.

 

1. Comunicación y sinceridad

Es la clave de todo. Lo ideal es comenzar durante el noviazgo, ya cuando las cosas se tornan serias y empiezan a hacer planes a largo plazo. El dinero no puede convertirse en un tema tabú en su relación, de lo contrario acabarán arrastrando dudas y desconfianza. Poner sobre la mesa sus deudas, sus hábitos financieros, sus planes y presupuestos individuales, es tan importante como conversar sus planes en común. Recuerden que son dos personas diferentes que también tienen hábitos y patrones de consumo diferentes que necesitarán conciliar. Hacer de dicha conciliación una conversación y no una batalla es la clave.

 

2. Cambiar el lenguaje

El reconocido experto financiero, Andrés Gutiérrez, autor del libro Paz Financiera, aconseja a las parejas cambiar la manera en la que hablan de dinero como paso fundamental. “El lenguaje correcto es ‘nuestro dinero’ sin importar quién lo gane. Si los dos trabajan, los dos deben depositar a ‘nuestra cuenta’ (una cuenta bancaria conjunta) y los dos deben decidir en iun presupuesto inquebrantable cómo gastar el dinero”.

 

3. ¿Finanzas en común?

La respuesta es sí. Aunque parezca “más inteligente” que cada quién maneje su dinerito y aporte su cuota al presupuesto común, a la larga, esta práctica puede alimentar el egoísmo y la desconfianza en el cónyuge. En su libro Dinero Feliz: La Ciencia del Gasto Inteligente, Michael I. Norton y Elizabeth Dunn revelan investigaciones que indican que mientras más se comparte el dinero de la pareja, más feliz se es en el matrimonio. 

 

4. Matemáticas básicas

Además de ejercitar constantemente los puntos anteriores, es necesario tener un plan. Tomar papel y lápiz para determinar cuáles son sus ingresos totales, cuáles son sus necesidades individuales (salón, celular, gasolina) y de pareja (casa, servicios, compras), y cuáles son sus posibilidades de ahorro e inversión, es fundamental. No es lo mismo gastar a ciegas que tener una visión clara de los ingresos y gastos. “Para enriquecer, es necesario aprender a gastar”, dice Gustavo Cerbasi en su libro Las Parejas Inteligentes Enriquecen Juntas. “Su riqueza no depende de lo que ganen, sino de cómo lo gasten”, finaliza. 

¿Roles de género en las finanzas?

Según una encuesta realizada por TD Ameritrade y publicada por el Huffington Post, las parejas tienden a dividir las funciones del manejo del dinero. “Según el 48% de las mujeres encuestadas y el 25% de los hombres, ellas controlan el día a día y el presupuesto. Para el 45% de los hombres y el 27% de las mujeres, ellos se encargan de decisiones como dónde invertir el dinero y cómo gestionar los ahorros de retiro”.

5. Planificar

Una vez que pongan por escrito su presupuesto actual, llega el momento de evaluar y ajustar. ¿Quién tiene un comportamiento financiero más saludable? ¿Cómo pueden hacerlo funcionar para ambos? ¿Por dónde recortar? ¿Cómo hacer crecer su patrimonio? Estas son sólo algunas preguntas que deberán plantearse como pareja para crecer económicamente. “Lo ideal es tener una conversación sincera con tu pareja, si es posible a más tardar seis meses antes del gran paso, para comunicar y delinear sus expectativas”, dice Elaine King en su libro ¡La familia y el dinero hecho fácil! Incluso la idea de tener hijos debe estar incluida en su planificación. Su presupuesto no debe ser algo estático sino algo que puedan evaluar y ajustar conforme pasa el tiempo. Pueden decidir revisar su presupuesto cada año o cada seis meses según lo vean necesario. 

 

6. Ahorrar e invertir

Por más modesto que sea su presupuesto, siempre hay oportunidad para ahorrar. Lo primero en lo que deben estar de acuerdo, es en su nuevo estilo de vida. Quizás mientras dependían económicamente de sus padres podían gastar más a su antojo, pero en su nueva vida como pareja la realidad es otra. Por tanto, cada uno tiene que aceptar que quizás no podrán darse los mismos lujos y tendrán que hacer sacrificios. ¿Cuánto ahorrar? Comiencen por establecer un porcentaje que se ajuste a su situación económica actual, quizás un 5% del sueldo de cada uno. Hagan del ahorro una regla inquebrantable y verán cómo a medida que pasa el tiempo el constante ejercicio de ahorrar se convertirá en una práctica que podrán ir aumentando con el tiempo. Pueden crearse un plan de ahorro a mediano plazo, por ejemplo, aumentar un 1% más cada año, como aconseja David Bach en su libro Finanzas Familiares: Cómo conseguir seguridad financiera y alcanzar sus sueños. También es muy útil visualizar lo que harán con sus ahorros: viajar, comprar un nuevo apartamento, un carro, etc. Las metas visibles alimentan la motivación y saber que habrá una recompensa les dará mayor satisfacción.

Considerar reinvertir sus ahorros también es muy importante. Existen muchas opciones para hacer crecer su dinero, como invertir en bienes raíces o certificados de ahorro e inversión.

 

Tomen en cuenta

Es importante que tengan cuidado con la manera en que manejan sus tarjetas de crédito. Si ambos cuentan con una por separado, pueden sentirse tentados a realizar compras compulsivas fuera del presupuesto acordado y entonces inician los problemas. “Las tarjetas son una bomba de tiempo. Lo mejor es destinarlas sólo para emergencias o algo extraordinario, pero sólo gastar conforme a lo que ganan”, recomienda Miguelina Franco, experta en economía y finanzas y Directora de la Escuela de Administración de Empresas de UNIBE.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas