Disfruta la cena de Navidad, pero sin excesos

La Navidad es una de las épocas más bonitas del año. Es un tiempo de encuentro y reencuentros. De nacer y renacer.

La Navidad es una de las épocas más bonitas del año. Es un tiempo de encuentro y reencuentros. De nacer y renacer. De compartir con nuestros seres más queridos. De recordar de una manera muy entrañable y especial esos seres amados que ya no están con nosotros. Es tiempo de abrirnos. De hacer un balance sobre lo que hemos hecho y lo que nos falta por hacer. Las bajas temperaturas, la brisa fresca y los atardeceres rojizos nos envuelven en un aura mágica, por así decirlo, y la nostalgia bien manejada la traducimos en alegría. Es, para muchos, recordar el nacimiento de Jesús.

Sin embargo, y dada la relación de la Navidad a los festejos, es la época del año en que la gente más alimentos ingiere. Al parecer, es la época que se reserva para celebrarlo todo, y ese todo siempre envuelve comida y bebida, casi siempre en exceso.

Y, ante tantas actividades, “terminamos haciendo dos almuerzos o dos cenas”, comenta el doctor Fernando Contreras, gastroenterólogo, abordado sobre las implicaciones que tienen los atracones navideños para nuestro organismo.

Al aumentarse la demanda de comida, se multiplica la producción. “Y ahí surgen las cocinas, cocineros y negocios de comida improvisadas que no siempre reúnen las condiciones necesarias para el manejo adecuado de los alimentos”, explica el galeno. “Por lo regular se preparan alimentos en la mañana que serán ingeridos en la noche y no siempre son conservados correctamente”, dice.
Explica que, por lo general, la gente suele mantenerlos en el horno para conservarlos calientes y esto facilita su alteración, que casi siempre deviene en intoxicaciones.

Al ser el navideño un ambiente festivo y de diversión, donde no faltan las reiteradas comidas y bebidas…muchas veces sin moderación, las visitas al médico, a no ser que sea una urgencia, se posponen para el año venidero.
“Las personas suelen dejar las visitas al médico para después de Navidad, las consultas bajan en los días prenavideños. No obstante, a mediados de diciembre llegan a la consulta personas afectadas por los atracones alimenticios propios de la temporada”, asegura Contreras.

Ante un cuadro de intoxicación, los síntomas que se presentan son siempre los mismos: náuseas, vómitos, diarrea y la posterior deshidratación. Ese cuadro, común en estos días, “abarca a personas de cualquier edad, porque las intoxicaciones suelen darse en reuniones familiares, sociales y de trabajo; de una manera u otra toca a todos”, abunda el galeno, quien recomienda ante un cuadro de intoxicación, hacer una dieta líquida preferiblemente, para mantenerse hidratado. “La mayoría de estos cuadros se superan a las 48 horas. Si la persona es capaz de mantenerse hidratada no necesita ir al médico”, asegura el especialista.

Pautas a seguir

Una palabra clave para el reconocido gastroenterólogo dominicano es la moderación. Ser selectivo en las actividades y evitar los alimentos que más fácilmente se descomponen, como son aquellos acompañados de salsas blancas, pescados y mariscos, por ser los más susceptibles. Estas podrían constituir las pautas a seguir en los días navideños. La moderación no es sólo en la comida, también “y sobre todo, debe moderarse en la bebida. Su exceso tiene complicaciones y consecuencias sociales mayores”, alerta Contreras, quien, a nivel de autoridades, recomienda el control de los lugares donde se elaboran alimentos y “no permitir que operen aquellos que carecen de la infraestructura adecuada, donde haya mal manejo en la elaboración y posterior conservación”.
Considera que cada quien tendría que cuidar lo que come, según su condición.
“Un hipertenso, por ejemplo, debería evitar los alimentos muy salados, el diabético los dulces, uno con afecciones de hígado, el alcohol, y con males cardíacos, las grasas”, subraya el especialista y experto en temas hepáticos.

Destaca que “el exceso de alcohol se asocia a un aumento en la frecuencia de la enfermedad úlcero péptica, debido al efecto directo del alcohol al esófago, estómago y duodeno. Además del aumento del uso de analgésicos para la resaca, los cuales por sí solo son capaces de producir úlceras”, hace énfasis Contreras.

Por otro lado, “también el alcohol se asocia a un aumento de las enfermedades del páncreas, como es la pancreatitis aguda”.

Resalta la relación de las enfermedades del hígado y de las vías biliares por el exceso del consumo de alcohol y de comidas altas en grasa, “las cuales se asocian directamente con hepatitis y ataques de vesícula. Por último, pero no menos importante, está la relación del exceso del consumo de alcohol con los accidentes automovilísticos que cada año provocan pérdidas de vidas, usualmente de personas jóvenes”.

El galeno reitera que “la palabra clave es la moderación y nunca olvidar que esta es la época más bella del año y la misma debe ser aprovechada para agradecerle a Dios por todo lo que nos ha dado y para compartir con los seres queridos”, puntualiza.

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