Migración, leyes y reelección marcaron año de Danilo Medina

A pesar de la insistencia de periodistas para conocer qué opina ante varios temas neurálgicos que han surgido en este año, el presidente Danilo Medina ha decidido hacer silencio. Solamente convocó a los medios a un almuerzo hace cuatro meses,…

A pesar de la insistencia de periodistas para conocer qué opina ante varios temas neurálgicos que han surgido en este año, el presidente Danilo Medina ha decidido hacer silencio. Solamente convocó a los medios a un almuerzo hace cuatro meses, posterior al cual no ha vuelto a dar respuestas. Pareciera preferir las actuaciones a las palabras.

2015 está a la vuelta de la esquina y todo indica que arrastrará la misma incógnita del año que alista su despedida: ¿Se reelegirá? El país sigue a la expectativa.

El mandatario es sumamente cauto con el tema. En agosto, dejó abierta la brecha a una nueva postulación. Aunque entonces dijo que le parecía extemporáneo y que, en su momento, fijaría posición, el mes pasado respondió a las acusaciones de algunos sectores de que se maneja con trasfondos políticos: “Los que creen que estamos actuando de manera populista o electoral, se equivocan”, señaló.

Crecen sus índices de aceptación

En octubre, se publicó que, por tercera vez consecutiva, el presidente Medina se mantiene como el gobernante más popular de Latinoamérica, con un 89%, según el Ránking de Mandatarios de la Consulta Mitofsky.

De hecho, de un tiempo a esta parte, cada una de las actividades que encabeza Medina termina con consignas de apoyo a la continuidad de su gestión. El presidente sigue haciendo mutis al respecto.

El tema migratorio, dolor de cabeza

A pesar de participar en diálogos, el presidente Medina mantuvo su firmeza en cuanto a la soberanía del país. En enero, durante el foro de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Centroamericanos y Caribeños (CELAC), en Cuba, encaró las acusaciones de racismo y discriminación que países de la Comunidad del Caribe (Caricom) hacen contra el país por la aplicación de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional. Ahí el presidente estableció que las decisiones de regulación migratoria “corresponden única y exclusivamente a las instituciones competentes de la nación dominicana”.

Dos meses después, Danilo reconoció que existe una presión internacional contra el país en torno al tema migratorio.

A finales de julio, firmó el decreto 250-14 de Reglamento de Aplicación de la Ley 169-14 del Régimen Especial de Naturalización y Regularización de Extranjeros.
En su artículo 1, dice que el objeto de dicho reglamento es la ejecución de lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley 169-14, “a fin de viabilizar lo relativo al registro y regularización migratoria de los hijos de padres extranjeros en situación migratoria irregular que habiendo nacido en territorio de la República Dominicana no figuran inscritos en los libros de Registro Civil dominicano”.

Buscó consenso

Vale destacar que para someter la Ley de naturalización al Congreso, el presidente buscó consenso con algunos de los principales líderes de la sociedad, reuniéndose por separado con el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, la Iglesia evangélica; los expresidentes Leonel Fernández e Hipólito Mejía; Miguel Vargas Maldonado, Quique Antún, Luis Abinader y Vincho Castillo, entre otros.

Echó para atrás varios proyectos

Danilo dejó sin efecto por segundo año el impuesto del 1 por ciento del valor de vehículo a los marbetes; observó y devolvió al Senado el proyecto de ley que declaraba Loma Miranda como Parque Nacional; lo propio hizo con el proyecto de ley que modificaba el artículo 85 del Código Procesal Penal, que permitía a cualquier ciudadano querellarse contra funcionarios públicos acusados de faltas en el ejercicio de sus funciones, y más recientemente, con el Código Penal en los asuntos relativos a la penalización del aborto, polarizando así la sociedad.

Viajó a 9 países

El jefe de Estado es de viajes cortos y rápidos. Este año, participó en la toma de posesión del presidente hondureño Juan Orlando Hernández.

El 29 de abril, formó parte de la Sexta Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), en México. En mayo, se sumó a la toma de posesión del presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén. En junio, se trasladó a Madrid y de ahí, a El Vaticano, donde se reunió con el papa Francisco I.

Dos meses más tarde, asistió a la juramentación del presidente colombiano Juan Manuel Santos, y en septiembre voló hacia Italia para fungir como orador invitado en un evento de la FAO, donde fue reconocido; y este mes ha estado en Veracruz, para participar en una cumbre de jefes de Estado, y en Belice, como parte de un encuentro de la SICA.

Las visitas sorpresa, toda una costumbre

Muchos son los que atribuyen los altos índices de aprobación de Danilo Medina a su cercanía con el pueblo por medio de las llamadas visitas sorpresa, una iniciativa a la que el presidente le ha estado prestando especial atención. Ha demostrado ser incansable y, si bien es cierto que no ha vuelto a brincar charcos como lo hizo en una lejana y empobrecida comunidad del este del país en 2013, ha sido constante en su decisión de salir frecuentemente de Palacio. Todos los domingos, se traslada con su equipo hasta un punto diferente de la geografía nacional para conocer sus necesidades y buscar la manera de suplirlas. La mayoría de los beneficiados son los pequeños productores agrícolas de las zonas rurales.  Cerrará el año con más de 30.

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Importantes personalidades del mundo se encontraron con Medina, entre ellas Joe Biden, Ban ki-moon y Herman Van Rompuy

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