El tema eléctrico, entre el pacto y plantas a carbón

La solución a la crisis del sector eléctrico, erigida en el mayor problema estructural de la economía dominicana, está umbilicalmente atada al pacto eléctrico, foro de concertación cuyo lanzamiento formal quedó pendiente para el próximo año.

La solución a la crisis del sector eléctrico, erigida en el mayor problema estructural de la economía dominicana, está umbilicalmente atada al pacto eléctrico, foro de concertación cuyo lanzamiento formal quedó pendiente para el próximo año.

Aunque se concibió el lanzamiento formal para el pasado día 3, la fecha fue pospuesta debido a que la posición gubernamental que será presentada, todavía no había sido consensuada entre los diferentes actores oficiales.

Ya esa posición unificada se logró y el documento que será presentado está en fase de redacción, dijo el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temistocles Montás, uno de los integrantes de la comisión oficial designada por decreto para discutir el pacto eléctrico, en el seno del Consejo Económico y Social.

Una vez lanzado el acto oficial para iniciar las discusiones del pacto, comienza el plazo fatal de seis meses para presentar una propuesta. Por eso, se pospuso para el próximo año el acto formal de lanzamiento, debido a que diciembre es un mes improductivo, por las festividades navideñas.

Iniciativa estatal

Mientras tanto, el Gobierno a través de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) avanzó durante el 2014 en su concepción estratégica para solucionar la crisis financiera del sector, que es cambiar la matriz de generación. La iniciativa central de esa estrategia es la construcción de la central Catalina, en Punta Catalina, Baní, a un costo de US$1,900 millones y una producción de 769.8 megas en dos plantas a carbón mineral, que producirían un ahorro anual de entre 450 y 500 millones de dólares al año en costos de generación. Se espera que esa central esté lista para el 2017, por lo que el fruto del esfuerzo de la actual gestión se verá en el siguiente período gubernamental, lo que refleja que la apuesta oficial a largo plazo es un marcado interés en buscar una solución definitiva, no paliativos de coyuntura al problema eléctrico.

La construcción de la Central Punta Catalina es el eje central de la Estrategia Integral de la CDEEE, que también tiene otros dos componentes: reducción de pérdidas y eficiencia en la gestión. El 50% de esa estrategia corresponde al cambio de la matriz de generación y expansión de la transmisión, un 35% a la reducción de pérdidas y un 15% a la eficiencia de la gestión.

La visión de la CDEEE ha tenido sus opositores. Originalmente se cuestionaba la decisión de construir las dos plantas a carbón en Baní, pero la firme decisión del presidente Danilo Medina, quien fue al acto inaugural de inicio de los trabajos e improvisó un discurso con fuertes críticas y argumentos convincentes por lo menos en términos financieros, le bajó el tono a las voces detractoras del proyecto. Esa central es el punto del Gobierno para inducir al sector privado a involucrarse en proyectos de generación y en un punto de negociación de los contratos de generación, la mayoría que vencen en un año.

El Gobierno entiende que sin Punta Catalina los generadores no harían inversiones para cambiar la matriz de generación, porque tienen el negocio asegurado. Ahora desde el sector generador se alude que el problema eléctrico no está en los costos de generación, que es el argumento central de la CDEEE, sino en las pérdidas en la distribución, que alegan están en un 33%.

En la parte de la oferta, la CDEEE ha sido reiterativa en señalar que la adición de 600 nuevos megas no varía la disponibilidad de abastecer solo el 84% de la demanda de electricidad y que para lograr un nivel de reserva de 30% y abastecimiento 100% de las necesidades del país se necesita agregar en un período de cuatro años unos 1,451 megavatios.

La estrategia de modificación de la matriz arrancó con el inicio de la construcción de Catalina y el cierre del ciclo combinado de la planta AES DPP (antigua Los Mina), que agregará 108 megas sin aumentar el consumo de gas natural.
También está el proyecto para convertir a gas natural a la antigua Cogentrix, que tiene capacidad de generar 300 megas, y la conversión de La Sultana del Este, con un aporte de 153 megas.

En ese esquema y como nueva generación está el aporte de la Central Energética, compuesta por dos plantas, Quisqueya I, propiedad de la Barrick Pueblo Viejo, y Quisqueya II, de Ege-Haina, cada una con capacidad de 125 megas. La entrada en el sistema de esas unidades, en septiembre del año pasado, produjo una reducción apreciable en el costo de generación y sacó del mercado a algunas unidades que no tienen méritos, por sus elevados costos, para suplir energía a las distribuidoras de electricidad. Las plantas del parque Quisqueya tienen una tecnología que les permite operar con gas natural, fuel oil y gasoil. Todavía no utilizan gas natural.

La CDEEE ha estimado un ahorro anual en costos de generación de entre 700 y 900 millones de dólares, con las iniciativas diseñadas para el cambio de la matriz energética.

Avance del programa de reducción de pérdidas

Del lado de las iniciativas para reducir las pérdidas, la CDEEE y sus distribuidoras han implementado un programa en dos fases, la primera del 2013 al 2016, con un costo de US$200 millones, de los cuales US$112 son de recursos externos y US$88 millones de contrapartida y recursos propios de las Edes. El propósito es bajar las pérdidas en un 10.4% para cerrar en 25.2%. Los resultados al 2014 son 243,940 clientes normalizados, 1,825 kilómetros de redes rehabilitados, 148,123 nuevos clientes telemedidos, y tres nuevas subestaciones, entre otros, según un informe reciente de la CDEEE.

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