Interstellar

Vamos atraídos porque se trata de Nolan, y cuando lleva una hora uno lo que quiere es salir del cine. Al menos es lo que sucede con quienes estamos acostumbrados ya a percibir cuando una película te está tomando el pelo. Pero justo cuando empieza&#8230

Vamos atraídos porque se trata de Nolan, y cuando lleva una hora uno lo que quiere es salir del cine. Al menos es lo que sucede con quienes estamos acostumbrados ya a percibir cuando una película te está tomando el pelo. Pero justo cuando empieza la aventura espacial nos absorbe, para un tiempecito después volver a desmotivarnos con ese guión repleto de diálogos babosos. Y es una de las notas erradas de Nolan que se regodea en escenas enojosas y espurias con ribetes educativos y/o explicativos, tejiendo una madeja ridícula en un tono tedioso de existencialismo fácil, aunque la trama parta de estudios científicos e hipótesis del físico Kip Thorne. El marco de la “historia” se da en un momento futuro de la humanidad sumergida en una hambruna. (Es sarcástico que los gringos se intranquilicen por el hambre de la humanidad, cuando son los mayores productores de alimentos y los más defraudadores porque no comparten sus riquezas alimentarias con los cientos de millones de hambrientos -un millón y medio de los cuales están en RD-, e incluso dentro de sus propias fronteras). La historia se construye alrededor de un piloto de la Nasa dedicado a producir alimentos junto a su familia. Y así va a ver como este héroe llega al espacio interestelar, hasta asentamientos donde otros gringos han llegado procurando un nuevo mundo para la humanidad, y en ese asentamiento de avanzada vemos ondear, flamante, la inconfundible bandera de las barras y las estrellas. Y lo interesante es que no hay un solo pleito a cañonazos espaciales. Un filme hecho para espectadores ocasionales que van a una sala de cine. Intenta embarcarse en el genial filme 2001, una Odisea en el Espacio, de Kubrick y se hunde míseramente. Embarcado en una trama pretensiosa y una completa negación de fe y de creencias religiosas poniendo al protagonista en el lugar de Dios, es decir creando un Dios a su imagen y semejanza, el filme navega y se mete en un agujero negro cinematográfico, donde ni gana taquilla ni gana admiración cinéfila. Muerde su propio rabo y da vueltas absurdas sin conseguir enganchar plateas inteligentes. Un blockbuster sin gracia. Una mímica anodina de un genio del cine gringo. La música es lo único fascinante.

HHHGuión y dirección: Christopher Nolan. Género: Ciencia ficción. Duración: 169
minutos

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