El Caribe y su poesía: La poesía puertorriqueña o el reclamo existencial que no cesa

A Puerto RicoPor: Luis Llorens Torres (A Tomás Carrión)La América fue tuya. Fue tuya en la coronaembrujada de plumas del cacique Agüeybana,que traía el misterio de una noche de siglosy quemóse…

A Puerto Rico
Por: Luis Llorens Torres
 
(A Tomás Carrión)
La América fue tuya. Fue tuya en la corona
embrujada de plumas del cacique
Agüeybana,
que traía el misterio de una noche de siglos
y quemóse en el rayo de sol de una mañana.
 
El África fue tuya. Fue tuya en las esclavas
que el surco roturaron, al sol canicular.
Tenían la piel negra y España les dio un
beso y las volvió criollas de luz crepuscular.
 
También fue tuya España. Y fue San Juan la joya,
que aquella madre vieja y madre todavía,
prendió de tu recuerdo como un brillante al aire sobre el aro de oro que ciñe la bahía.

¿Y el Yanki de alto cuerpo y alma infantil quizás?…
¡El Yanki no fue tuyo ni lo será jamás!

El artículo de la semana pasada me dejó el sabor amargo de la inconformidad. El tema histórico-identitario está demasiado arraigado en el corazón y la conciencia de nuestros hermanos puertorriqueños. La imposición y negociación imperial ¡Que hace más de un siglo!, ha marcado demasiado profundamente la conciencia colectiva, que hoy se desvanece en una población joven que busca sobrevivir; mientras sus padres, siguen aferrados a paradigmas del pasado. Y entonces decidí seguir buscando.

Lo mejor para aprender, ya lo he dicho, es la búsqueda. Así pues husmeando por donde pude, me encontré con el poeta, pensador y filósofo Luis Llorens Torres, quien a juicio de Rafael Rodríguez Cruz, en su hermoso ensayo “La Mantilla y el Madrás: un estudio dialéctico de la poesía negra de Puerto Rico.”
[i], este hombre fuera de serie, fue el gran filósofo de la metafísica. “Su poesía nacional está construida sobre la base de un pensamiento panteísta muy sofisticado.” Afirma que Llorens aporta en su poesía “indioibérica” síntesis de lo español y lo aborigen taíno”. Mientras, sigue diciendo el especialista, Palés completa la triplicidad con la síntesis dialéctica de lo negro y lo blanco.” Significa entonces que Luis Llorens, junto a Palés Matos, han sido dos de los grandes poetas que le cantaron, lloraron, gritaron a las injusticias de los más abandonados de sus tierras.

Luis Llorens Torres nació en 1876, en plena guerra de independencia. En pleno proyecto liberal decimonónico. Murió en 1944 a los 68 años. Para la época LLorens Torres tuvo la oportunidad de estudiar en Europa y nutrirse allí de los grandes movimientos literarios. Realizó estudios en la Facultad de Leyes de Barcelona, pero se recibió de abogado en la Universidad de Granada, doctorándose en Filosofía y Letras, casi a finales de los años 90 del siglo XIX. Su primer libro, “América”, fue publicado en 1898 y recibió mucha aceptación. Su segundo libro “Al pie de la Alhambra”, dedicado a su novia Carmen Rivero, también recibió el beneplácito del público.

Inquieto como era volvió a Puerto Rico y decidió participar en la política. Ingresó al Partido Federal que abogaba como su principal bandera de lucha la independencia de la isla. Sus sentimientos los plasma en su bello poema “El patito feo”. Su actividad política fue amplia. Logró, incluso, ocupar un escaño legislativo en la Cámara de Delegados para 1908-1910.

Patito Feo (Fragmento)
No sé si danés o ruso,
genial cuentista relata
que en el nido de una pata
la hembra de un cisne puso.
Y ahorrando las frases de uso
en los cuentos eruditos,
diz que sin más requisitos,
en el trigésimo día,
la pata saco su cría
de diez y nueve patitos.
 
Según este cuento breve,
creció el rebaño pigmeo
llamando PATITO FEO
al patito diez y nueve.
El pobre! Siempre la nieve
lo encontró fuera del ala.
Y siempre erró en la antesala
de sus diez y ocho hermanos
que dejábanle sin granos
las espigas de la tala.
 
Vagando por la campiña
la palmípeda cuadrilla
al fin llego hasta la orilla
de la fuente en la montaña.
Que sensación tan extraña
y a la par tan complaciente
la que le ondulo en la mente
al llamado Feo Pato
cuando miro su retrato
en el vidrio de la fuente!
 
Surgió entonces de la umbría
un collar de cisnes blancos
en cuyos sedosos flancos
la espuma se emblanquecía.
(aquí, al autor, que dormía
cuando este cuento soñó,
dicen que lo despertó
la emoción de la belleza.
Y aquí sigue, o aquí empieza,
lo que tras el soñé yo)
 
Cisne azul la raza hispana
puso un huevo, ciega y sorda,
en el nido de la gorda
pata norteamericana.
Y ya, desde mi ventana,
los norteños patos veo,
de hosco pico fariseo,
que al cisne de Puerto Rico,
de azul pluma y rojo pico
lo llaman PATITO FEO.
 
Pueblo que cisne naciste,
mira y sonríe, ante el mote,
con sonrisa de Quijote
y con su mirada triste;
que a la luz del sol que viste
del alba tu campo y tu mar,
cuando quieras contemplar
que es de cisne tu figura,
mírate en el agua pura
de la fuente de tu hogar.
 
Con flama de tu real sello,
mi cisne de Puerto Rico,
la lumbre roja del pico
prendes izada en el bello
candelabro de tu cuello.
Y azul del celeste tul,
en que une la Cruz del Sur
sus cinco brillantes galas,
es el que pinta en tus alas
tu firme triángulo azul.
 
Oro latino se asoma
a tu faz y en tu faz brilla.
Lo fundió en siglos Castilla.
Y antes de Castilla, Roma.
Lo hirvió el pueblo de Mahoma
en sus fraguas sarracenas.
Y antes de Roma, en Atenas,
los Homero y los Esquilos
hilaron de ensueños el hilo
 de la hebra azul de tus venas.
 
En tu historia y religión
tus claros timbres están;
que fuiste el mas alto afán
de Juan Ponce de León.
Mírate, con corazón,
en tu origen caballero,
en tu hablar latinoibero,
en la fe de tus altares,
y en la sangre audaz que en Lares
regó Manolo el Leñero.
 
Veinte cisnes como tu
nacieron contigo hermanos
en los virreinos hermanos
de Méjico y el Perú.

Bajo el cielo de tisú
de la antillana región,
los tres cisnes de Colon,
las tres cluecas carabelas,
fueron las aves abuelas
en tan maña incubación.

Alma de la patria mía,
cisne azul puertorriqueño,
si quieres vivir el sueño
de tu honor y tu hidalguía,
escucha la voz bravía
de tu independencia santa
cuando al cielo la levanta
el huracán del Caribe
que con sus rayos la escribe
y con sus truenos la canta.
 
Ya surgieron de la espuma
los veinte cisnes azules
en cuyos pico de gules
se deslera la bruma.
A ellos su plumaje suma
el cisne de mi relato.
Porque ha visto su retrato
en los veinte cisnes bellos.
Porque quiere estar con ellos,
Porque no quiere ser pato.

Además de poeta y político consumado, colaboró en diversos periódicos publicados en Puerto Rico. Pero además fue el fundador, en 1913, de la “Revista de las Antillas”, la cual era considerada como la máxima expresión del Modernismo hispanoamericano. Los años comprendidos entre 1911 y 1914 salieron publicadas sus obras más importantes: Barcarolas o visión de la barca; Rapsodia criolla; Canción de las Antillas y Sonetos Sinfónicos. Defendía el proyecto libertario que conoció en el siglo XIX.

Se sumó al grupo que unió sus brazos para luchar en contra de la dominación norteamericana, y le cantó a los desposeídos, a los arrinconados de la vida, como eran los negros, convirtiéndose en uno de los más grandes expositores de la poesía negroide en su amado Puerto Rico.

Pero era tan amplia su cultura, que fue capaz de escribir también a la cultura de su tierra, quizás como una forma de ratificar su identidad que sentía se perdía ante los embates de los nuevos dueños de la situación.

De todas maneras, sigo pensando, que en el camino de la vida hay que hacer balance. Hay que revisar las ideas y planteamientos de acuerdo a la realidad que se impone. ¿Debe Puerto Rico seguir herido en lo profundo de su alma con una identidad traumática? ¿Debe buscar nuevos caminos? ¿Cuáles? No lo sé. Solo pregunto.

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