El arroz sigue una cadena de transformación y valor

Conforme ha ido avanzando la industria arrocera dominicana, ha llegado también una serie de denominaciones para el arroz, en función del valor agregado al cereal por cada una de las empresas del ramo.

Conforme ha ido avanzando la industria arrocera dominicana, ha llegado también una serie de denominaciones para el arroz, en función del valor agregado al cereal por cada una de las empresas del ramo.Las denominaciones se otorgan también en relación a la firma que comercializa el cereal y, propiamente, atendiendo a las características de la calidad del grano. El arroz es el segundo cereal más producido en el mundo, luego del maíz.
República Dominicana no es la excepción, pues a nivel nacional existe bastante terreno cultivado de ese alimento y una cantidad importante de variedades.

Pero si bien el país ha avanzado en cuando a la cantidad de variedades de arroz existentes, en la parte de la conservación y procesamiento también ha seguido un proceso de transformación extraordinaria empujada, principalmente, por la inversión de cientos de millones de pesos en instalaciones y equipos en ese sector.

En el contexto de calidad o la denominación del arroz se habla de arroz premium, súper selecto, selecto B, superior A y superior B, de acuerdo a conocedores del tema, entre ellos productores y molineros, como Oliverio Espaillat y Miguel de Moya. En el lenguaje de los arroceros es común escuchar hablar también del medio grano o grano entero.

Si fuéramos a citar nombres de arroz presentes en el mercado la lista es sumamente amplia y diversa. La categoría asignada al arroz se asigna a partir de parámetros que se miden y está muy ligada a la variedad, pues entre éstas existen unas con un mejor sabor y con otras características muy propias.

Los expertos indican que un arroz completamente homogéneo en la granulación, sin manchas y con brillo también homogéneo en todas las partes entra en la denominación de premium. En el mercado nacional, especialmente a nivel de supermercados, se observa entre cuatro y 10 tipos de arroz clasificados como premium.

Con frecuencia surge la pregunta de por qué hay tantos nombres de arroz, si en definitiva las variedades que se cultivan por cosecha no son tantas, (no siempre se emplean en el país todas las variedades existentes, incluso, hay productores que colocan un tipo en una cosecha y luego cambian hacia otra). Molineros como Miguel de Moya han explicado sobre variedades nacionales que tienen un alto valor en cuanto a apariencia y que en adición a eso, la industrialización le agrega más al producto final. Es precisamente luego de agregarle ese valor, especialmente en el molino o factoría, que cada empresa identifica el arroz con un nombre propio y una categoría en cuanto a la calidad.

Es así como de la finca equis y del mismo arroz cosechado en esa propiedad pueden derivarse varias categorías de arroz y varios nombres, partiendo de los valores que le suman a ese arroz los diversos procesos por los que atraviesa.

A nivel mundial existen cerca de diez mil variedades de arroz, pero en el caso dominicano las principalmente cultivadas son: Prosequisa 4, Prosequisa 5, Juma 67, IDIAF 1, Yocahú CFX 18, Cristal 100, Prosequisa 10 y Palmar 18. Todas esas variedades difieren entre sí, tanto en ciclo vegetativo, como en otras características fenotípicas, según datos contenidos en la Guía Técnica Cultivo de Arroz, de la autoría de César Moquete (Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal –CEDAF- 2010). Pero también se han incorporado a la producción variedades como la Jaragua, Cultá y Quisqueya.

Alta demanda

Los dominicanos consumen, en sentido general, 9.5 millones de quintales de arroz cada año. De manera individual el consumo per cápita es de unos 52 kilos, es decir, unas 114 libras por cabeza, de acuerdo a datos oficiales. En la última década la contribución del subsector arrocero al producto interno bruto agrícola se ha movido entre el 13 y 17.3%, registrando un promedio anual de 15.5%. 

En la cadena arrocera hay varios actores en los distintos eslabones que la componen. Estos son: el productor, comerciantes intermediarios, molinos y factorías (procesamiento), comerciantes mayoristas y detallistas y los consumidores. En el sector arrocero hay dos grandes cosechas (de primavera y de invierno). A veces con la planta cortada de una de esas cosechas se realiza un “retoño”. Entre las dos cosechas se siembran casi tres millones de tareas. El arroz genera unos 250 mil empleos directos e indirectos acompañado de una cadena que aporta al PIB unos RD$35,000 millones anual, según ha dicho la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz).

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