¡Nuestro escudo!

La vida cristiana no es una vida de confort, a pesar de que muchos buscan seguridad, estabilidad y ser cubiertos de todo mal, deben saber que vivimos en el campo de las luchas, las controversias y los desafíos, muy lejos de la llamada “zona confortable”.

¡Nuestro escudo!

La vida cristiana no es una vida de confort, a pesar de que muchos buscan seguridad, estabilidad y ser cubiertos de todo mal, deben saber que vivimos en el campo de las luchas, las controversias y los desafíos, muy lejos de la llamada “zona confortable

¡Nuestro escudo!

La vida cristiana no es una vida de confort, a pesar de que muchos buscan seguridad, estabilidad y ser cubiertos de todo mal, deben saber que vivimos en el campo de las luchas, las controversias y los desafíos, muy lejos de la llamada “zona confortable

La vida cristiana no es una vida de confort, a pesar de que muchos buscan seguridad, estabilidad y ser cubiertos de todo mal, deben saber que vivimos en el campo de las luchas, las controversias y los desafíos, muy lejos de la llamada “zona confortable”. En dicha zona nada crece ni da fruto, sin importar cuánto tiempo pases estacionado allí, aun si echares raíces.

La vida de un cristiano es como la de una palmera, que se desarrolla justo donde otros árboles mueren y da su fruto en el desierto, donde no hay posibilidades. Su fruto es vida para un mundo sediento de amor, paz y verdad. No temas, aunque Dios no nos dice que impedirá los ataques, prometió que Él será nuestro escudo, tenlo por seguro!

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La vida cristiana no es una vida de confort, a pesar de que muchos buscan seguridad, estabilidad y ser cubiertos de todo mal, deben saber que vivimos en el campo de las luchas, las controversias y los desafíos, muy lejos de la llamada “zona confortable”. En dicha zona nada crece ni da fruto, sin importar cuánto tiempo pases estacionado allí, aun si echares raíces.

La vida de un cristiano es como la de una palmera, que se desarrolla justo donde otros árboles mueren y da su fruto en el desierto, donde no hay posibilidades. Su fruto es vida para un mundo sediento de amor, paz y verdad.

No temas, aunque Dios no nos dice que impedirá los ataques, prometió
que Él será nuestro escudo, ¡tenlo por seguro! 

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La vida cristiana no es una vida de confort, a pesar de que muchos buscan seguridad, estabilidad y ser cubiertos de todo mal, deben saber que vivimos en el campo de las luchas, las controversias y los desafíos, muy lejos de la llamada “zona confortable”. En dicha zona nada crece ni da fruto, sin importar cuanto tiempo pases estacionado allí, aun si echares raíces.

La vida de un cristiano es como la de una palmera, que se desarrolla justo donde otros árboles mueren y da su fruto en el desierto, donde no hay posibilidades. Su fruto es vida para un mundo sediento de amor, paz y verdad. No temas, aunque Dios no nos dice que impedirá los ataques, prometió que Él será nuestro escudo, ¡tenlo por seguro!

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