Renunciar

La constancia, la persistencia son rasgos elogiables. También hay que alabar el coraje de renunciar. A veces hay circunstancias reales que nos impiden abandonar, como cuando el empleo causa insatisfacción o angustia, pero soltarlo abruptamente equivaldr

La constancia, la persistencia son rasgos elogiables. También hay que alabar el coraje de renunciar. A veces hay circunstancias reales que nos impiden abandonar, como cuando el empleo causa insatisfacción o angustia, pero soltarlo abruptamente equivaldría a atentar contra la supervivencia propia o familiar. En otros casos permanecemos cuando a todas luces lo razonable y factible es claudicar y en ese esquema actuamos sólo por ego. Todo lo que se hace por puro ego se vuelve tóxico. Significa que estamos obnubilados y nuestras actitudes no están orientadas por sentimientos o fines racionales, sino por ambiciones que tarde o temprano nos condenarán. Discriminar cuándo persistimos sólo por ego envuelve un ejercicio profundo de humanidad y desprendimiento. Renunciando, trascendemos.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas