Valorar el 9-1-1

Las autoridades nacionales pusieron en marcha el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1-, que debe ser una herramienta fundamental de largo alcance, desde estados críticos de las personas en materia de salud o cualquier inesperado&

Las autoridades nacionales pusieron en marcha el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1-, que debe ser una herramienta fundamental de largo alcance, desde estados críticos de las personas en materia de salud o cualquier inesperado que ponga a riesgo bienes y personas.

Es un gran esfuerzo público que tiene su historia. Fue una iniciativa del diputado peledeísta Elías Serulle. Convertida en ley (140-13), después de una espera de siete meses, llegó al Poder Ejecutivo. Ya tiene su reglamento, el 187-14, emitido por el Ejecutivo. El ministro Gustavo Montalvo, con fuerte apoyo del presidente Danilo Medina, la asumió decididamente y hoy es una realidad que los dominicanos debemos valorar.

Desde el sábado, el sistema está en marcha y al mismo tiempo en prueba, aunque se supone que el alto número de simulacros permitió superar ese período, el de prueba. Se computa entonces, desde el punto de vista formal, como un servicio eficiente de protección de la ciudadanía.

Pero para que sea así, no bastará el empeño que le ha dedicado el gobierno, ni los nueve mil servidores entrenados para mantener el servicio, ni todos los equipos instalados para su implantación, ni los medios de transporte y respuesta rápida, ni las cámaras inteligentes que están en las diferentes vías del Gran Santo Domingo y las comunidades satélites que se incorporan en esta primera etapa. Ni el apoyo que ofrezcan las compañías telefónicas. Tampoco valdrán los niveles de coordinación de las diferentes instituciones involucradas.

Nada de eso hará que responda con la calidad y eficacia esperadas si los dominicanos, los seres humanos que habitamos en este trozo de isla, no asumimos una actitud de colaboración, apoyo y protección del mismo.

En consecuencia, es esencial que los dominicanos apostemos al éxito del 9-1-1 como una respuesta nacional a los imponderables, que pueden ir desde una urgencia en salud, un accidente grave, un ilícito indeseable o una inundación. En fin, cualquier factor que ponga la vida humana en riesgo.

El 911 es una responsabilidad de todos. Debe ser valorarlo y protegido. Y no olvidar: obstruirlo, es violatorio de la ley. Y será castigado. l

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