Le Nouvelliste, su editorial y los dominicanos

Le Nouvelliste, el más grande y antiguo periódico de Haití, en francés, el más añejo de América en ese idioma, fue fundado el 2 de Mayo del 1898. El influyente diario, en su Editorial del pasado 28 de Mayo, propone organizar, racionalizar,…

Le Nouvelliste, el más grande y antiguo periódico de Haití, en francés, el más añejo de América en ese idioma, fue fundado el 2 de Mayo del 1898.

El influyente diario, en su Editorial del pasado 28 de Mayo, propone organizar, racionalizar, fomentar la salida de su país de entre 50 a 200 mil haitianos cada año en los próximos años, porque “la emigración masiva es necesaria para mantener el estilo de vida de la economía, que sobrevive solo por las transferencias económicas”. Continúa diciendo: “Los haitianos cruzan las fronteras, salen por mar o por avión para establecerse bajo otros cielos, no por causa de la represión política o religiosa. Buscan un país con más clemencia económica. Aquí, el futuro está bloqueado”. El mencionado Editorial se pregunta: “¿qué tenemos que hacer? y se responde: “En los momentos en que la diáspora—principal motor de la economía nacional– sueña con involucrarse en la vida política del país, goza de la doble nacionalidad de hecho o de derecho, ¿no es hora de preguntarse cómo ayudar a más y más haitianos a salir del país? Hacer que salgan sin riesgos cada vez más haitianos a destinos seguros. Haitianos, bien equipados, para satisfacer las necesidades de los mercados laborales de los países de acogida. Este debería ser un punto de nuestras políticas públicas”. Se refiere de manera directa a nuestro país cuando expresa: “Incluso nuestros vecinos tienen un interés en que administremos y dirijamos nuestra migración correctamente”. Expresa: “La emigración masiva es necesaria para mantener el estilo de vida de la economía haitiana que sobrevive sólo por las transferencias económicas”. Dice: “Es necesario que la reconstrucción post- terremoto, que ha fracasado miserablemente, pueda reanudarse en mejores condiciones”.

Es preocupación del editorialista, un Haití sin futuro y entiende la migración como salida única. Invita a los hacedores de políticas, a establecer esto de manera oficial, cuando expresa: “Tenemos que pensar, en ello, en forma racional. Eso se llama una política migratoria”. Esto hay que tomarlo con pinzas porque lejos de promover una oleada hacia República Dominicana refiere el interés de migrar de manera general. Corresponde a los dominicanos organizar el caos endémico de la migración haitiana y evitar que el ya saturado territorio criollo, sea el objetivo primario, por razones de frontera y la conexión con la masa existente de sus congéneres, en nuestro territorio. Percibo una juventud confundida que experimenta vergüenza cuando piensa en la patria, cuando expresa nacionalismo y cuando defiende nuestros espacios. A este enredo contribuyen connotados comunicadores, activos sacerdotes católicos, pastores evangélicos, activistas de ONG’s y otros dominicanos extraviados, que hacen el juego a países e intereses extranjeros, sin intención real de ayudar, y nos colocan en el mapa mundial del abuso. l

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