En un país donde la canasta familiar básica triplica el sueldo mínimo, el pueblo mayoritario “come lo que aparezca”, o sea, consume la comida de subsistencia a que fuerzan sus bajos ingresos. Recientemente el portero de mi residencial se quejó de que una gata que convive en el complejo “no come lo que aparezca”, malacostumbrada a la comida manufacturada “de la buena” que residentes querendones le facilitan ocasionalmente. Muerta de hambre, ha optado por irrumpir en mi casa y apropiarse del alimento de mi gata, concitándose fieros enfrentamientos entre ambas “congéneres”. Esa felina me acuerda a nuestros políticos. Se “malacostumbran” a los buenos restaurantes y la comida gourmet. Por no “comer lo que aparezca” se vuelven “gatos”. l
Gatos
En un país donde la canasta familiar básica triplica el sueldo mínimo, el pueblo mayoritario “come lo que aparezca”, o sea, consume la comida de subsistencia a que fuerzan sus bajos ingresos. Recientemente el portero de mi residencial se quejóR