¡Certero y contundente!

Nunca saldremos impunes de la desobediencia a Dios. Algunos creen tener ese poder, pero a pesar de su gran bondad y misericordia para alcanzarnos y perdonarnos, no importa donde nos encontremos en esta vida y lo bien que sepamos ocultar nuestros asuntos, Él hará lo que debe y lo hará a su debido tiempo; en todo su accionar Dios es contundente y certero y hace que todo obre para nuestro bien, siempre. Los mecanismos de su justicia fueron diseñados cuidadosamente para convencernos de que nadie se saldrá con la suya. Tu corazón se convertirá en tu propio juez, te debilitará, drenará y dejará en las manos de carceleros que te encerrarán con reos como la duda, la culpa y la inseguridad. ¡Quien a Dios desobedece, su alma aborrece!