“Lo más importante es cantar con el alma”

La dominicana Stephany Ortega, quien reside en la ciudad de Luxemburgo, se encuentra en un importante momento de su carrera artística-profesional.

“Lo más importante es cantar con el alma”

Hace varias semanas tuvo el honor de recibir el Premio Vindelinck y el Premio Lerminiaux de canto lírico, ambos otorgados por el Consejo del Conservatorio de Bruselas a estudiantes meritorios. Y como si fuera poco, también el Premio Servais del…

La dominicana Stephany Ortega, quien reside en la ciudad de Luxemburgo, se encuentra en un importante momento de su carrera artística-profesional. Hace varias semanas tuvo el honor de recibir el Premio Vindelinck y el Premio Lerminiaux de canto lírico, ambos otorgados por el Consejo del Conservatorio de Bruselas a estudiantes meritorios. Y como si fuera poco, también el Premio Servais del Ministerio de Cultura de Bélgica, por su empeño y dedicación.

Sin duda alguna, nos encontramos ante un orgullo dominicano. Su repertorio abarca desde la música clásica (ópera, lied, oratorio y contemporánea) hasta canto moderno (pop, musicales e improvisación). Para conocerla un poco más conversamos con ella en un viaje por sus inicios, trayectoria y planes futuros.

Cuéntanos un poco acerca de tus primeros pasos en el mundo del arte, ¿cómo descubres tu pasión?
La descubrí de una manera bastante ingenua y bonita: mi padre tenía un pequeño piano en la casa y a mí me gustaba “sacar canciones de oído” y tocarlas, así que un buen día, cuando tenía 10 años, mi hermanito estaba de cumpleaños y le toqué la famosa melodía en el piano… Mis padres se quedaron muy impresionados y me preguntaron de inmediato si me gustaría estudiar el piano y yo respondí que sí. Un mes después ya estaba inscrita en el Estudio Diná de Educación Musical.

De tus maestros en el país, ¿a quienes recuerdas con especial cariño?
Tuve la maravillosa suerte de haber sido guiada por excelentes profesores. Los que más tuvieron incidencia en mi vida profesional fueron Doña Farida Diná, mi eterna profesora de piano, mi segunda madre; Rafael Infante Gil, quien me inspiró a ser directora coral y Susana Acra-Brache, que me enseñó mucho de pedagogía.

¿Cómo se da la oportunidad de ingresar a los conservatorios de Bruselas y Luxemburgo?
Luego de haber terminado mi Licenciatura de Música, en la UASD, me otorgaron una beca en el Conservatorio de Luxemburgo en el cual continué mis estudios de piano y comencé a estudiar canto lírico. Más tarde, había llegado el momento de continuar aún más lejos con el canto por lo que decidí presentarme a las audiciones del Conservatorio de Bruselas, en donde actualmente estoy cursando un máster.

¿Cuál fue la mayor enseñanza que recibiste en ambos?
En Luxemburgo  tuve la oportunidad de crecer como pianista y de descubrir el canto lírico, que se convirtió en mi gran pasión y horizonte; mientras que en el Conservatorio de Bruselas he recibido una enseñanza con miras a profesionalizarme en el canto y esto es muy importante: pasar de estudiante a profesional.

El mundo de la música, en especial el canto lírico, es muy exigente, retador. ¿Dónde consideras que radica su éxito?
Sí que es exigente!  Pienso que no se debe olvidar que hay muy buenos cantantes por todos lados, así que hay que estudiar “como un enfermo”,  trabajar el lado escénico, la presencia, no cantar por cantar; el público siente la diferencia en tus emociones. Y no caer en el error de creerse “diva”, más bien mantener un contacto humano con el espectador.

¿Cuáles papeles, de los interpretados, te llenan de orgullo?
En Luxemburgo he podido presentarme con la ópera “Cavalleria Rusticana” de P. Mascagni en el rol de una de las tres damas, y como directora del coro en esta ópera. Recientemente interpreté el rol de Almirena en la ópera “Rinaldo” de G.F. Haendel.

Eres también maestra, ¿cómo te ha ayudado en tu carrera esta faceta?
El que enseña nunca termina de aprender de sí mismo, por lo que se vuelve una experiencia bastante enriquecedora la cual disfruto mucho.

¿Qué proyectos tienes en agenda?
Tengo varios proyectos de música de cámara: un dúo para interpretar melodías clásicas llamado “Dúo Rosa”, otro de música popular, “Voice & Marimba”, así como un nuevo grupo de música barroca. Por otro lado estoy preparando un proyecto de danza, canto y teatro llamado “Innana”, que estaré presentando al final de este mes.

Una experiencia inolvidable en tu vida ha sido…
Dos experiencias me han marcado: humanamente, el hecho de haber sufrido un grave accidente hace dos años en el cual me fracturé la columna vertebral; a causa de esto perdí mi voz.  Tuve que luchar para recuperarme físicamente y recobrar la voz al mismo tiempo, contando con el gran apoyo de mi familia y de muy buenos amigos. Musicalmente, la más importante fue cuando canté como solista en la hermosa sala de la Filarmónica de Luxemburgo, frente a un auditorio de 1,500 personas y acompañada por la Orquesta Filarmónica. Todavía hay gente que me felicita por ese concierto. ¡Muy lindo recuerdo!

Cualidades
Procuro día a día ser una excelente profesional como músico-cantante y una gran actriz en todos los géneros”.

Compositores
 “Me fascina la música de Bach, Mozart, Strauss y Debussy”.

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Hace varias semanas tuvo el honor de recibir el Premio Vindelinck y el Premio Lerminiaux de canto lírico, ambos otorgados por el Consejo del Conservatorio de Bruselas a estudiantes meritorios. Y como si fuera poco, también el Premio Servais del Ministerio de Cultura de Bélgica, por su empeño y dedicación. Sin duda alguna, nos encontramos ante un gran orgullo dominicano. El repertorio por el cual se ha decantado abarca desde música clásica (ópera, lied, oratorio y contemporánea) hasta canto moderno (pop, musicales e improvisación). Para conocer un poco más de cerca su persona, con ella conversamos en un viaje por sus inicios, trayectoria y planes futuros.

Cuéntanos un poco acerca de tus primeros pasos en el mundo del arte, ¿cómo descubres tu pasión? La descubrí de una manera bastante ingenua y bonita: mi padre tenía un pequeño piano en casa y a mí me gustaba «sacar canciones de oído» y tocarlas. Así que un buen día, a mis 10 años, mi hermanito estaba de cumpleaños y toqué la famosa melodía en el piano. Mis padres se quedaron impresionados. Me preguntaron de inmediato si me gustaría estudiar piano y les respondí que sí. Un mes después estaba inscrita en Estudio Diná de Educación Musical.

De tus maestros en el país, ¿a quienes recuerdas con especial cariño? Tuve la maravillosa suerte de haber sido guiada por excelentes profesores. Los que más tuvieron incidencia en mi vida profesional fueron Doña Farida Diná, mi eterna profesora de piano, mi segunda madre; Rafael Infante Gil, quien me inspiró a ser directora coral y Susana Acra-Brache, que me enseñó mucho de pedagogía.

¿Cómo se da la oportunidad de ingresar a los conservatorios de Bruselas y Luxemburgo? Luego de haber terminado mi Licenciatura de Música, en la UASD, me otorgaron una beca en el Conservatorio de Luxemburgo, donde continué mis estudios de piano y comencé a estudiar canto lírico. Más tarde, había llegado el momento de continuar aún más lejos con el canto, por lo que decidí presentarme a las audiciones del Conservatorio de Bruselas, donde actualmente estoy cursando un máster.

¿Cuál es la mayor enseñanza que has recibido de ambas instituciones? En Luxemburgo tuve la oportunidad de crecer como pianista y descubrir el canto lírico, que se convirtió en mi gran pasión y horizonte; mientras que en el Conservatorio de Bruselas he recibido una enseñanza con miras a profesionalizarme en el canto, y esto es muy importante: pasar de estudiante a profesional.

«Procuro día a día ser una excelente profesional como músico-cantante y una gran actriz del performance en todos los géneros».

El mundo de la música, en especial el canto lírico, es muy exigente, retador. ¿Dónde consideras que radica su éxito? ¡Sí que es exigente! Pienso que no se debe olvidar que hay muy buenos cantantes por todos lados, así que hay que estudiar «como un enfermo»,  trabajar el lado escénico, la presencia, no cantar por cantar; el público siente la diferencia en tus emociones. Y no caer en el error de creerse «diva», más bien mantener un contacto humano con el espectador.

¿Cuáles papeles, de los interpretados, te llenan de orgullo? En Luxemburgo he podido presentarme con la ópera «Cavalleria Rusticana» de P. Mascagni, en el rol de una de las tres damas, y como directora del coro en esta ópera. Recientemente interpreté el rol de Almirena, en la ópera «Rinaldo» de G.F. Haendel.

Eres también maestra, ¿cómo te ha ayudado en tu carrera esta faceta? El que enseña nunca termina de aprender de sí mismo, por lo que se vuelve una experiencia bastante enriquecedora la cual disfruto mucho.

«Me fascina la música de Bach, Mozart, Strauss y Debussy».

¿Qué proyectos tienes en agenda? Tengo varios de música de cámara: un dúo para interpretar melodías clásicas llamado «Dúo Rosa», otro de música popular, «Voice & Marimba», así como un nuevo grupo de música barroca. Por otro lado estoy preparando un proyecto de danza, canto y teatro llamado «Innana», que estaré presentando al final de este mes.

Una experiencia inolvidable en tu vida ha sido… Dos experiencias me han marcado: humanamente, el hecho de haber sufrido un grave accidente hace dos años, en el cual me fracturé la columna vertebral. A causa de esto perdí mi voz.  Tuve que luchar para recuperarme físicamente y recobrar la voz al mismo tiempo, contando con el gran apoyo de mi familia y de muy buenos amigos. Musicalmente, la más importante fue cuando canté como solista en la hermosa sala de la Filarmónica de Luxemburgo, frente a un auditorio de 1,500 personas y acompañada por la Orquesta Filarmónica. Todavía hay gente que me felicita por ese concierto. ¡Muy lindo recuerdo!

Aquí puedes ver una muestra de su talento.

A través de su página web, stephanyortega.com, puedes mantenerte al tanto de sus presentaciones y logros.

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