Como son las cosas de la vida. Hace un año, un grupo de alpinistas dominicanos elevó al más alto lugar del planeta, el monte Everest, la enseña tricolor que fuera bordada por primera vez por María Trinidad Sánchez hace 170 años, y su hazaña fue seguida y celebrada por una buena parte del pueblo dominicano. Ahora, me reportan un acontecimiento que se ha presentado en el lejano sur que me trae lo del monte Everest a la mente. En Hondo Valle, un poblado enclavado a solo cuatro kilómetros de la frontera con Haití, el alcalde y el fiscalizador están confrontados por la colocación de la bandera dominicana en un alto cerro que domina toda el área. Donaciano de la Cruz, el alcalde, ordenó colocar allí la enseña tricolor como una señal de que aquel municipio aún tiene un puente sin terminar, las calles esperan asfalto y la comunidad se queja porque hay un multiuso a medio construir. Dice el funcionario edilicio que dispuso mantener la bandera en lo alto “para que los funcionarios del gobierno central se recuerden que este es un municipio del país y acudan a cumplir con las promesas que ha hecho a aquella comunidad”. Eso ha molestado al fiscalizador, que notificó al creativo alcalde para que retire la bandera, que ya el pueblo ha hecho suya, supuestamente porque la enseña patria no se puede colocar en un sitio así. La gente de Hondo Valle se pregunta ahora, si es que habrá que subir de nuevo al Everest a desmontar la que ya colocaron en esas alturas los alpinistas criollos el año pasado. O seguir repitiendo: “Qué linda en el tope estás, dominicana bandera/quien te viera, quien te viera/más arriba mucho más”. ¿Quién me explica…?
Vinicito al bate
El laborioso Pelegrín Castillo presentó renuncia como diputado y ayer mismo se juramentó como ministro de Energía y Minas. Se comenta que en la curul que ocupó en la Cámara Baja se sentará ahora su hermano y también dirigente de la Fuerza Nacional Progresista, Vinicito Castillo Semán. ¡Aaay maaamaaá…!
