La estructura básica de una narración en el cine de entretenimiento consiste en colocar a los personajes ante obstáculos o problemas que deben superar. En este filme es condición sine-qua-non: un profesor es acusado de pedofilia y en la trama el guión y la dirección se dirigen a complejizar el aspecto moral, solo que la historia adquiere fuerte efecto filosófico con la última escena que es como si quisiera darle continuidad a la historia en una segunda parte del filme, tal cual se arman los finales en una serie o miniserie de tv. El filme dirige la audiencia para hacerle partícipe y empático de los pensamientos, palabras, planes y acciones del protagonista acusado, obviamente, de pedofilia. Es un buen filme que muestra al personaje con sus conflictos y al mismo tiempo a un personaje que no rehúye de una acusación, la enfrenta, pelea y gana, pero al final sabemos que esa pelea la tiene perdida, precisamente porque es parte interna de un conflicto moral en el que los realizadores quieren poner el dedo sobre la llaga: cazador cazado. En este sentido, es la misma estructura y objetivos que justifican muchos otros filmes donde el protagonista es un cazador de animales. Entonces, la historia subyacente, la que interesa destacar a fin de cuentas es lo que da título al filme.
El filme trata de emociones, acciones y sentimientos de los más primarios que tiene el ser humano. No es moralizante, es una exposición de círculo vicioso que lleva a la humanidad a una espiral mortal, una exposición de cómo buscamos el chivo expiatorio donde nos consideramos juez y parte. El epílogo del filme, enigmático, se queda en nuestra memoria para siempre. Es exactamente ahí donde el filme trasciende, en ese último minuto. Es ahí donde el filme hace contraste entre lo que es considerar un simple comentario de una niña, que es mal interpretado por un adulto que provoca una bola de nieve, y la propia condición humana de generar conductas seculares como es la de cazar para comer a convertirlo en matar como un deporte. Lo que vemos es que esas tradiciones que hoy son deporte, son las que sentimos como normales y cotidianas pero que al final van a reclamar nuestro propio sacrificio.
HHHH guión y dirección: Thomás Vinterberg. duración: 111 minutos. Género: Drama.
