“La confianza es como un embarazo: o se está o no se está”.
La frase que da inicio al presente artículo es de la autoría de Alex Rovira, conocido escritor, economista, conferencista internacional y consultor español.
Y la traigo a colación para refrescar el tema de Argenis Méndez, joven boxeador dominicano que hace dos meses y medio fue noqueado en el segundo asalto por el cubano Rancés Barthelemy.
La historia es conocida: Pese a que Méndez perdió la pelea por nocaut, días después -con justicia- la Federación Internacional de Boxeo ( FIB) le devolvió el cinturón al púgil oriundo de San Juan de la Maguana.
La decisión de la FIB se produjo después de un reclamo de los manejadores de Méndez y también de la empresa Iron Man Tyson que consideraron que Barthelemy conectó golpes ilegales después del toque de campana.
De manera que Méndez, pese a sufrir una masacre en pocos minutos, sigue siendo monarca ligero junior de la FIB.
Hago mío este pensamiento: “No ocultar la verdad, ni exhibir la mentira, es ser periodista”.
Fue justamente lo que hice cuando, tras Argenis Méndez ir a defender su corona mundial ante Barthelemy.
Es decir, escribí que el dominicano no realizó la adecuada preparación (en el gimnasio) con miras a estar en excelente condición física para subir al cuadrilátero con aire de victoria.
A la espera de la revancha
Tras la FIB devolverle el cetro al peleador criollo ordenó una revancha con Barthelemy.
Esto es que Méndez y Barthelemy deben protagonizar una segunda pelea por la corona ligero junior.
Sin embargo, no se tienen noticias respecto a la realización del segundo pleito en el que se espera -por lo menos es la esperanza de la fanaticada local- que Méndez haya corregido su conducta fuera del gimnasio.
Argenis tendrá que presentarse en la mejor condición física, ¡si es que quiere revalidar el cetro de las 130 libras.
¡La suerte está echada!
