Nevera

Acostumbro husmear mucho en la nevera buscando qué “picar”. Generalmente algo encuentro y me recompenso. Diferente a los tiempos del refrigerador de mi madre, provisto regularmente sólo del agua para beber. Para colmo, toda propiedad privada…

Acostumbro husmear mucho en la nevera buscando qué “picar”. Generalmente algo encuentro y me recompenso. Diferente a los tiempos del refrigerador de mi madre, provisto regularmente sólo del agua para beber. Para colmo, toda propiedad privada dejada en él (jugo, queso, jamón, postre, comida, cena) terminaba en un estómago ajeno al del propietario. En el seno familiar era omnipresente la discusión sobre quién se comía todo de la nevera sin “averiguar”. Llegó a hablarse de poner trampas (veneno) para descubrir al ratero. Peleas comunes de hermanos, el recuerdo me hace reír. También sentirme afortunada de consumir bienes comestibles que mami nunca hubiera podido comprar. Nevera “llena” encierra un privilegio en nuestro país. Agradézcase con reverencia y solidaridad.

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