Visiones sobre el Caribe: Germán Arciniegas: las islas vistas desde el continente

Que el siglo XVI es el siglo de oro de España, es la verdad, pero no es toda la verdad. El siglo XVI es de oro no sólo para España sino para Inglaterra, para Francia…Pero en el fondo hay algo más. Con el descubrimiento de América la vida toma&#8230

Que el siglo XVI es el siglo de oro de España, es la verdad, pero no es toda la verdad. El siglo XVI es de oro no sólo para España sino para Inglaterra, para Francia…Pero en el fondo hay algo más. Con el descubrimiento de América la vida toma una nueva dimensión: se pasa de la geometría plana a la geometría del espacio… Todo este drama se vivió, tanto o más que en ningún otro sitio del planeta, en el mar Caribe. Allí ocurrió el descubrimiento, se inició la conquista, se formó la academia de los aventureros. La violencia con que fueron ensanchándose los horizontes, empujó a los hombres por el camino de la audacia temeraria…Cuanto hombre o mujer grande hubo en Europa, se vinculó a la aventura central del mar Caribe. Descubrimiento, conquista, pillaje, se hicieron con reyes al fondo…. Germán Arciniegas, Biografía del Caribe,
Prefacio (fragmento).…

Así comienza el ensayo, interesante y bellamente escrito, del colombiano Germán Arciniegas, nacido en Bogotá a principios del siglo XX. Un hombre que estuvo con nosotros casi los 100 años de ese siglo, pues murió en diciembre de 1999.  Arciniegas fue sin dudas un hombre influyente en la vida y la política colombiana. Fue ensayista, historiador, diplomático y político.

Germán Arciniegas Angueyra nació en una numerosa y acaudalada familia bogotana. Podríamos estar en desacuerdo con sus ideas, pero nadie, absolutamente nadie, puede negar que este colombiano singular fuera un libre pensador abierto, crítico y rebelde. Tenía temas preferidos, como la América Latina su historia, sus ideas y sus laberintos. Le apasionaba el tema de la mujer y sobre la juventud. Sus ideas fueron plasmadas en su columna que publicaba religiosamente en el periódico El Tiempo de Bogotá, del que fue director general en 1937.

Su labor académica lo llevó a ser Presidente de la Academia Colombiana de Historia, miembro de Número de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Sociedad Bolivariana de Colombia. Pero además de sus actividades académicas, tuvo una vida súper activa, ocupando importantes posiciones diplomáticas hasta ser nombrado como Ministro de Educación (1942-1946). Su vocación de maestro, lo llevó a tener también una activa participación cultural, convirtiéndose en un mecenas de la cultura: fue el fundador del Instituto Caro y Cuervo, así como del Museo de Arte Colonial de Bogotá.

Pero Arciniegas dedicó gran parte de su vida a escribir. Publicó cerca de sesenta y ocho libros. Escribió teatro, crónicas, novelas, historia. Una constante en todas sus obras: la crítica a la historia oficial y la propuesta de una nueva visión histórica, desde la óptica latinoamericana, no desde el prisma de los conquistadores. Una de sus obras más conocidas es Biografía del Caribe (1945).
Cuarenta años más tarde publicó Bolívar y la Revolución (1984). El tema racial fue otra constante en su pensamiento. Con la obra El continente de los siete colores, publicado en 1970, Arciniegas analizó brillantemente el fenómeno tan latinoamericano del mestizaje, y concluye, con toda la razón, que nuestro continente, incluyendo El Caribe es un crisol, un arcoiris de razas y culturas.

Pero este artículo no es para hacer una biografía extensa de este singular hombre de nuestros tiempos, sino para conocer sus ideas sobre  esta región nuestra tan particular y apasionante.  La obra de Germán Arciniegas titulada Biografía del Caribe, fue publicada por primera vez en 1945. Consta de 614 páginas. Localicé una edición de 1966 publicada conjuntamente por Editorial Sudamericana SA y el Círculo de Lectores SA de Barcelona.

¿Cómo clasificar este libro? ¿Ensayo? ¿Historia? ¿Desahogo con prosa poética? Lo cierto es que sin ser un libro científico, en todas y cada una de sus palabras hay una visión/posición crítica sobre las luchas imperiales y el sometimiento y despojo de América en la hazaña marítima, que unos llamaron “Descubrimiento”, “Cubrimiento ”para usar sus palabras. El primer capítulo titulado “Del Mar Grecolatino al mar de los Caribes”, el autor parte de una idea central “en el principio todo fue el Mediterráneo”[i] Con la sorpresa de que llegaron a otras tierras, de repente la geografía del mundo conocido se transformó. El antiguo universo marítimo se transformó, y el mundo giró hacia América y El Caribe. La obra, por su importancia y dimensión, no puede ser abordada en una sola entrega. Los próximos artículos versarán sobre esta magistral obra.

El libro “Biografía del Caribe”  fue escrito antes que Cien años de soledad, siendo quizás el primero que habló del llamado “realismo mágico”, yo digo, absurdo a veces.  Perteneció a esa generación crítica, que algunos osaron llamar “De los nuevos”, porque osaron criticar la herencia recibida y redimensionar su tierra, su continente.

Uno de sus más osados planteamientos fue sin duda su convicción de que la historia no sólo fue escrita por los grandes gobernantes ni los guerreros, sino también por el pueblo. Decía que para entender la historia se hace necesario acercarse a los hombres y mujeres de la calle, a las criaturas vulgares que constituían, y constituyen todavía, las grandes mayorías.

Sobre la llegada de los españoles a América a través de El Caribe decía que no nos habían descubierto, sino cubiertos, por eso acuñó el término CUBRIMIENTO! En sus palabras

“La afirmación de que los españoles descubrieron la América a finales del siglo XV y principios del XVI es inexacta y se funda en el vocabulario que por rutina heredamos de quienes se han consagrado a la tarea de escribir lo que en el lenguaje figurado solemos llamar así. Si digo que no hubo tal descubrimiento, no lo hago porque en este momento me preocupen las incursiones que practicaron los mongoles entrando por Alaska diez o veinte siglos antes que los españoles, ni las posibles invasiones de los polinesios que pudieron llegar a las costas de Chile, ni las naves escandinavas que seguramente tocaron los bordes de Groenlandia en los tiempos de Erik el Rojo. Me refiero al espíritu mismo del viaje de Colón, al hecho de que no es posible considerar como descubridores a quienes en vez de levantar el velo de misterio que envolvía a las Américas, se afanaron por esconder, por callar, por velar, por CUBRIR todo lo que pudiera ser expresión del hombre americano […] ¿Qué vinieron a hacer a estas tierras los capitalistas, los empresarios, los encomenderos, los gobernadores, los virreyes? Vinieron para imponer un sistema económico, un dogma religioso, un tipo de arquitectura, una raza, que eran otra cosa distinta de la economía, la religión, la arquitectura y la raza americana”.

[i] Germán Arciniegas, Biografía del Caribe, Editorial Sudamericana SA y Círculo de Lectores SA, Barcelona, España, 1966, p. 10

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