Santiago.-Los servicios de ambulancia cada vez son más precarios, debido a que en su mayoría están deterioradas o las instituciones de socorro carecen de vehículos.
En el caso de la Defensa Civil, las únicas dos con que cuentan llevan un largo tiempo arrumbadas por falta de motores, mientras en el hospital José María Cabral y Báez muchas veces carece de combustible para trasladarse a dar servicio al traslado de pacientes.
De los nueve municipios con que cuenta la provincia de Santiago de los Caballeros, en ninguna de las oficinas del organismo de socoro tienen vehículos para los primeros auxilios.
En el caso de la Cruz Roja, la mayoría también presentan un avanzado estado de deterioro y mayormente para utilizarlas hay que alquilarlas.
Desde la pasada semana, son varios los casos donde mueren las personas accidentadas o se imposibilita trasladar a afectados debido a falta de ambulancias.
En la tragedia ocurrida en la avenida 27 de Febrero, sucedida el pasado martes, no solo murieron los ocupantes de un carro, sino que un hermano de un voluntario de la Defensa Civil de Santiago, perdió una de sus piernas. Aunque llamaron solicitando una ambulancia nunca apareció pues todas estaban dañadas.
En el caso de Guiomar Martín Farfán, el ciudadano venezolano de 50 años de edad, que se prendió fuego en el interior de su vivienda en San José de las Matas se hizo imposible trasladarlo desde el hospital José María Cabral y Báez hacia Santo Domingo porque el vehículo carecía de combustible.
Farfán presenta quemaduras de segundo y tercer grado en todo su cuerpo.
Un censo levantado por los organismos de socorro establece que de 25 ambulancias, solo cinco son públicos y las otras 20 privadas.
Francisco Arias, director de la Defensa Civil establece que para brindar un mejor servicio esa entidad requiere de al menos 13 vehículos para los primeros auxilios. Arias informó que apenas el distrito municipal de Baitoa cuenta con dos ambulancias.
Arias entiende que el empresariado de Santiago debería asumir más su rol y emular a los de La Vega, que constantemente dotar de equipos a esas instituciones.
Durante la Semana Santa, es la única ocasión en que facilitan los vehículos, pero tan pronto terminan, quedan en manos privadas.
