Mujeres de temple

El ocho de marzo se ha reservado para conmemorar  la lucha de la mujer por su participación en igualdad de condiciones con el hombre en los distintos roles que desarrolle dentro de la sociedad en la que se desenvuelve. En nuestro país, hemos visto&#823

El ocho de marzo se ha reservado para conmemorar  la lucha de la mujer por su participación en igualdad de condiciones con el hombre en los distintos roles que desarrolle dentro de la sociedad en la que se desenvuelve. En nuestro país, hemos visto con beneplácito cómo la mujer ha ido ocupando lugares determinantes en el desarrollo de nuestra nación, al punto de que ya contamos con dos mujeres vicepresidentes. Y esa participación se extiende a todos los campos.

La perseverancia, la fe, la dedicación, la paciencia  y la voluntad de ser cada día mejores, han sido factores fundamentales y determinantes para que mujeres valientes y de carácter fuerte, como las que traemos hoy a elCaribe, hayan podido, desde sus diferentes roles, destacarse y demostrar que la condición de mujer no es sinónimo de debilidad y mucho menos de desventaja.

Tamara Frankenberg, doctora en Medicina, especializada en ginecología y obstetricia, es una profesional vanguardista y visionaria a quien le encantan los proyectos, porque embarcarse en ellos le hace mucha ilusión. Para lograrlo exitosamente se rodea de gente joven y emprendedora, fórmula que no le falla a esta luchadora y tesonera profesional, digna representante de las mujeres.
Para ella, la familia es una institución sagrada, por lo que hay que defenderla a toda costa y por tanto le preocupa la alta tasa de divorcios entre las parejas jóvenes. En ese sentido, recomienda a la joven madre de hoy, que “se arme de paciencia para ejercer todos los roles en que nos hemos metido en esta época”.
La periodista Margarita Cordero, actual directora del diario digital 7días.com.do, con una amplísima trayectoria, y cuya pluma ha hecho estremecer a muchos,  siempre ha tenido claro de qué lado de la vida quiere estar. Es una mujer que se ha ganado respeto y admiración.

Una cierta autoimagen heroica, muy propia de la juventud del inmediato postrujillismo motivó a Cordero a estudiar periodismo. “El pecho se nos henchía con la sola idea de ser protagonistas de la construcción democrática”, dice.
Habla de 1962. Ella soñaba entonces con cambiar el mundo, y “me convencí de que podía hacerlo con la palabra. ¿Qué mejor que el periodismo para servir a este propósito?” “Reportaje al pie del patíbulo”, del periodista checoslovaco Julius Fucik, militante comunista y antifascista, fue por largo tiempo su libro de cabecera.

Muchas cosas han influenciado la trayectoria profesional de Margarita, “desde las características sociales de la época ya remota en que me decidí por el oficio, hasta las elecciones personales en otros ámbitos; desde la seducción que la palabra ejerce sobre mí, hasta haber encontrado en mi camino a gente que es parte insoslayable de mi biografía. He dicho en otras ocasiones, y lo repito ahora, que la representación gráfica que me hago de mi ejercicio profesional es la de una rosa de los vientos cuyos rombos tienen nombres entrañables: Radhamés Gómez Pepín, Eulalio Almonte, Juan Bolívar Díaz, Osvaldo Santana, Bienvenido Álvarez Vega, Aníbal de Castro… Cada uno de ellos me ayudó, con su particular manera, a nunca perder el horizonte”.

Y… “porque interviene un intrincado conjunto de factores, no afirmaría nunca que la profesión me dio portazos simplemente porque soy mujer. Tuve siempre el privilegio de contar con ‘jefes’ que no solo apreciaron mi trabajo, sino que también me hicieron subir peldaños en la escalera del oficio. Las puertas que se cerraron en mis narices fueron empujadas por razones que nada, o poco, tenían que ver con la inquina sexista; por ejemplo, las reservas políticas o el rechazo de mis supuestas –o reales— radicalidades”, apunta la Cordero.

Inés Aizpún, subdirectora de Diario Libre y directora de la versión digital del primer diario gratuito en República Dominicana, otra mujer de fuerza y decisiones firmes. Nunca ha sentido que se le han cerrado las puertas por ser mujer. “Desde que empecé a ejercer, encontré en las redacciones mujeres con mucho poder e influencia”. Entre las que cita  a María Ugarte. Recuerda, como un momento difícil en su rol de mujer, cuando fue madre: “Esos primeros años, trabajaba en el vespertino Ultima Hora”, lo que le facilitó compaginar todo “muy bien”. Cuando Inés estudiaba periodismo tuvo un momento de duda, porque pensó que el periodista contaba lo que pasaba, pero que lo que era importante era “hacer las cosas que pasan”. Luego entendió que contar lo que pasa es tanto o más importante para la gente.

Por su lado, la abogada penalista Ingrid Hidalgo, como estudiante de Ingeniería Civil en la UNPHU se vio enfrentando necesidades económicas y tuvo que transferirse a la UASD, donde optó por las leyes, cosa que le vino del cielo, “porque ahí conocí a quien es mi esposo y padre de mis hijos”. Eligió el Derecho …”porque  odio las injusticias y en este país hay mucha, por una mala aplicación de la ley, y los abogados somos llamados a ser los garantes de su fiel cumplimiento”.

Otra mujer de temple es la experta en diseño de artes gráficas Ninón de Saleme, quien a sus 74 años puede dar cátedras. Ha sido testigo participante de los cambios que ha vivido la industria de las artes gráficas en las últimas décadas.  Desde 1972 cuenta con su propio taller, donde se dedica a la composición y diagramación de revistas, folletos, boletines;  al diseño y arte final de libros, memorias y reportes anuales para diferentes instituciones; boletines, catálogos y afiches para exposiciones de artistas plásticos. Por sus manos y su ingenio han pasado obras de los autores más prestigiosos del país, convirtiéndolos  en libros de lujo con su diseño y arte final, impronta que la caracteriza. Para ella, ser mujer es un privilegio providencial porque entiende que la mujer es la esencia de la vida, “es debilidad y fuerza; abnegación y entrega”.

Para Tamara Frankenberg,  se requiere mucha dedicación y “algo de suerte” para llegar a la meta. Para ella, la fe y la perseverancia han sido sus pilares en lo personal y profesional. Tuvo la fortuna de contar con sus padres en el desarrollo de su rol de madre, aunque en el rol de abuela “estoy practicando y tratando de sacar el tiempo para disfrutar los nietos”.

 Ser mujer no es una condición que les ha cerrado puertas a ninguna de estas mujeres. En el caso de Ingrid Hidalgo ha ocurrido  “todo lo contrario, soy muy querida y respetada entre mis colegas que se dedican a lo penal y muchas veces me buscan por mi condición de analizar los procesos desde mi perspectiva. Las mujeres somos más agudas”. Al igual que la doctora Frankenberg, Hidalgo opina que la perseverancia es fundamental “no importa cuántas veces te caigas, el triunfo está en cuántas veces te levantes”.

Como abogada es selectiva en la elección de sus clientes. “Debo creer en la demostración de inocencia del posible cliente y no defiendo personas acusadas de abusar menores, en ninguno de los sentidos”. Sin embargo, le ha tocado defender lo indefendible en esos casos “he llegado a acuerdos con el Ministerio Público de acuerdo a lo establecido en nuestra normativa procesal vigente”.

A Margarita Cordero no le resulta fácil responder qué ha sido lo más difícil de afrontar como mujer en sus distintos roles: “Cuando me tocó, cada uno de esos roles tenía sus propias e insustituibles demandas, que debían ser necesariamente satisfechas en detrimento de los otros, con una permanente tensión entre ellos. Quizá un balance honesto me obligue a decir que, en mi caso, todo se saldó con déficits justicieramente repartidos”.

Ninón de Saleme afirma, sin titubeos, que su momento más crucial fue “cuando me convertí en mamá”. Dice que la debilidad por los hijos es algo que todas las madres sienten, sobre todo cuando son pequeños e indefensos,  pero subraya que “es vital ser fuerte en las primeras dos etapas de su desarrollo, porque es deber de las madres establecer la autoridad y resaltar de manera constante los valores humanos, morales y éticos”.

Cuando Ninón cumplió 60 años de edad, se propuso retirarse. Hoy, con 74 ,  forma un dinámico equipo con su personal, con el que disfruta cada proyecto editorial que ve la luz, y es que ella a su trabajo le pone música y “me siento como que estoy en una fiesta”.

Se nutre de la fe en Dios y su principal arma ante la adversidad es la paciencia. Ninón considera que la mujer tiene un potencial envidiable, “una capacidad increíble para desarrollarse y sobresalir”.

En comparación con las mujeres de tres o cuatro generaciones atrás, Margarita considera que “hemos avanzado muchísimo. Con respecto a la equidad a la que aspiramos, muy poco. Lo que sí es notable es el cambio de la mujer como individualidad. Las mujeres de hoy son la antítesis de sus abuelas, y bastante diferentes de sus madres. Lo han peleado”.

En este sentido, Inés Aizpún siempre ha creído que la mujer dominicana tiene mucho poder sobre su propia vida, aunque esto parezca un contrasentido en una sociedad machista. “Y en una sociedad todavía tan desigual como la nuestra es muy difícil hablar de la ‘mujer’ dominicana. Hay muchas mujeres dominicanas y estamos expuestas de manera muy desigual a la discriminación o a la desigualdad. En la empresa privada, que es donde he trabajado siempre, se valora mucho el trabajo de las mujeres”.

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