Querida doctora, la felicito por su interesante labor. Soy una joven de 25 años, tengo cuatro años de casada y una hermosa hija de 3 años. Mi problema es el siguiente: antes de casarme tuve un romance con joven y me enamoré como una loquita. Al cabo de un tiempo tuvimos unos cuantos problemas y terminamos. Al mes conocí al que es hoy mi esposo, pero todavía no puedo olvidar lo vivido con el otro. Donde quiera que lo veo tiemblo. Creo que él siente lo mismo por mí, porque donde quiera que me ve se queda mirándome. No me quita los ojos de encima (aunque yo ande con mi esposo), pero a pesar de todo no me dirige la palabra. Le dice a todo el que me conoce que no quiere saber de mí, que me odia. No sé qué hacer ni qué pensar, ayúdeme. ¿En verdad ese muchacho me tiene odio como dice o en el fondo siente lo mismo por mí?
Anónimo
Anónimo: No entiendo por qué si esa relación ya está en el pasado, quieres traerla a un presente donde me informas que tienes una relación estable. ¿Tú crees que un amor se alimenta de una simple mirada? ¿Por qué quieres convencerte que te ama? ¿Requieres de migajas de alguien que pregona que no quiere saber de ti? Evalúa tu amor propio pues pienso que no estás clara en lo que es sano para ti. Yo te pregunto, ¿cómo piensas ser valorada por alguien que para él no importas? Pero leyendo tu historia, te involucraste con tu actual esposo un mes después de aquella ruptura, eso me indica que no sabes sufrir, que huyes del dolor y que prefieres buscar quién te entretenga y esta es la consecuencia. Hoy vives soñando con un amor del pasado mientras tu realidad es otra. Evalúa qué mereces y tendrás la respuesta. Déjate de romanticismo y pon los pies en la tierra.
