El Síndrome de Fatiga Crónica

Sentir en todo el cuerpo un dolor intenso; tanto que crees que los músculos se desgarran o que la cabeza no te pertenece, debido al dolor, y una fatiga extrema, son síntomas que bien se pueden confundir con un cuadro gripal. Sin embargo,…

Sentir en todo el cuerpo un dolor intenso; tanto que crees que los músculos se desgarran o que la cabeza no te pertenece, debido al dolor, y una fatiga extrema, son síntomas que bien se pueden confundir con un cuadro gripal.

Sin embargo, esto podría ser señal de algo más, que pudiera ser lo que se conoce como Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), el cual afecta a las personas sin distinción de sexo ni edad, aunque es más común en  mujeres que en hombres.

Este síndrome, si no es tratado por un experto, puede ser fácilmente confundido con otros padecimientos, como por ejemplo la fibromialgia, un trastorno reumático, no articular, caracterizado por dolor y rigidez en los músculos, tendones y tejido blando circundante, acompañado por un amplio rango de otros síntomas, que es diagnosticado en un 6% de la población mundial. Por tal razón, es de vital importancia saber diferenciar los síntomas.

Desde hace más de 20 años, el Síndrome de Fatiga Crónica ha sido objeto de estudio por especialistas interesados en encontrar las causas y un tratamiento efectivo. Lamentablemente, todavía no se sabe con exactitud qué lo provoca.

De acuerdo con Pedro Cornielle, cardiólogo, médico internista y jefe de consultas de pre-quirúrgico del Instituto Dominicano de   Cardiología (IDC),  al Síndrome de Fatiga Crónica hay que verlo desde el punto de vista funcional y orgánico.

El primero tiene que ver con un estado de disminución del deseo de realizar las actividades comunes del diario vivir y también puede ocurrir debido a la existencia del síndrome de insuficiencia cardíaca o del corazón cansado, ya que este órgano no bombea la sangre necesaria para llevar el oxígeno a los diferentes tejidos, produciendo un agotamiento agudo en el paciente. Desde el punto de vista orgánico se trata de una debilidad de los miembros inferiores producido por una falta de irrigación en los músculos esqueléticos, que se puede deber a una enfermedad arterial periférica (cuando existe obstrucción de las arterias), lo que produce cansancio y fatiga. Lo mismo sucede cuando existe una enfermedad en las venas en los miembros inferiores.

El Síndrome de Fatiga Crónica es una afección muy difícil de diagnosticar,   el cual hay que seguir estudiando. A pesar de tratarse de un problema físico, también tiene componentes psicológicos. Esto significa que una persona con Síndrome de Fatiga Crónica puede presentar síntomas físicos, como dolor de cabeza o de articulaciones, pero la misma persona puede presentar también síntomas emocionales, como pérdida de interés en sus actividades favoritas.

El diagnóstico del síndrome puede resultar complicado, ya que las personas con este padecimiento pueden presentar síntomas diferentes y a menudo estos síntomas se parecen mucho a los de otras enfermedades, como la mononucleosis, la enfermedad de Lyme o la depresión. Y, por si fuera poco, los síntomas también pueden variar a lo largo del tiempo, incluso en el mismo individuo.  Es por eso que Cornielle recomienda  visitar al especialista , pues existen medicamentos que pueden controlar la enfermedad, pero sobre todo para descartar la existencia de una enfermedad cardíaca.

Qué hacer si se padece de SFC
No se conoce una cura específica para el Síndrome de Fatiga Crónica. Pero, aunque no hay ningún tratamiento definitivo, los expertos afirman que los siguientes cambios en el estilo de vida pueden ayudar:
Incluya un programa de ejercicios, regular y cuidadosamente diseñado en su rutina diaria. El ejercicio físico puede tener efectos curativos, ya que aumenta los niveles de energía y favorece la sensación de bienestar. No obstante, las personas con Síndrome de Fatiga Crónica deben tomárselo con calma a la hora de practicar cualquier actividad física que requiera esfuerzo.

Utiliza técnicas de control y reducción del estrés. Se las puede enseñar un médico, psicólogo o terapeuta — estas técnicas son unas estrategias estupenda para controlar determinados aspectos de la enfermedad.

Aunque no hay pruebas científicas de que una alimentación inadecuada desempeñe algún papel en el Síndrome de Fatiga Crónica, alimentarse bien puede ayudar a minimizar los síntomas de este síndrome y el malestar general. Los médicos coinciden en que las personas con  esta condición deben evitar las comidas copiosas, el alcohol, la cafeína y grandes cantidades de comida basura.

Algunos dietistas o nutricionistas titulados elaboran menús y programas dietéticos para ayudar a reducir los síntomas del mal. Aparte de los cambios en el estilo de vida, ir regularmente a un psicólogo o terapeuta titulado puede ayudar mucho en el tratamiento del Síndrome de Fatiga Crónica.

Muchos expertos hacen hincapié en que cuando se padece el síndrome, es más importante tener una actitud positiva sobre la mejoría, que intentar entender por qué se ha desarrollado la enfermedad. l

Consecuencia
Las personas que padecen de SFC presentan una disminución de su calidad de vida, experimentando poco rendimiento laboral y menos disfrute de sus actividades recreativas.

Saber
El SFC provoca cansancio intenso y continuo, que no se alivia con el descanso, y no es causado directamente por otras enfermedades.

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