ATLANTA (AP) — Durante los últimos años, la marihuana para uso terapéutico no logró cobrar mucha fuerza en el extremo sur de Estados Unidos, donde muchos legisladores republicanos temían que podría llevar a un consumo generalizado de la droga y a problemas sociales.
Pero parece que la situación ha cambiado porque diversas propuestas para permitir el uso de la marihuana con fines médicos están ganando impulso en un puñado de estados.
Una veintena de estados y el Distrito de Columbia han legalizado la marihuana terapéutica y este año, legisladores republicanos de renombre en Georgia y Alabama apoyan iniciativas que permiten el uso limitado de aceite de cannabis a personas con determinadas afecciones médicas. Otros estados sureños también sopesan el tema con diversos niveles de apoyo.
La clave para cambiar la postura de los legisladores conservadores han sido las historias de niños que sufren hasta 100 ataques epilépticos al día, cuyos padres dicen que podrían beneficiarse del uso de cannabidiol, que se podría suministrar en forma líquida por vía oral. Y los defensores alegan que el aceite de cannabis es bajo en tetrahidrocannabinol, o THC, el agente psicoactivo de la marihuana que provoca la sensación de euforia.
«Soy un defensor inesperado de esta causa», dijo Allen Peake, representante de Georgia. «Cuando la gente se da cuenta de que no se trata de darle un cigarrillo de marihuana a un niño de 6 años, la mayoría ve que es algo compasivo».
La iniciativa de Peake ha ganado el respaldo de más de 80 legisladores estatales, entre ellos varios miembros de la dirigencia republicana en la Cámara de Representantes, que firmaron como copatrocinadores, y de la asociación médica más grande del estado. La iniciativa sería «de alcance limitado, sumamente restringida, regulada y operada por médicos», dijo Peake.
Mike Ball, representante de Alabama, es el artífice de una iniciativa que permite la posesión de aceite de cannabis a personas con ciertos problemas de salud. La medida fue aprobada el miércoles por una comisión clave.
«El público está comenzando a entender de qué se trata», dijo Ball, presidente de una poderosa comisión legislativa y voz destacada en temas de seguridad pública. «El miedo político está cambiando de qué pasará si la aprobamos a qué pasará si no», dijo Ball.
Las iniciativas en Georgia y Alabama deben ser aprobadas por más instancias y sus probabilidades a futuro son inciertas. Pero lo que ocurre permite atisbar lo que podría pasar en otros estados.
En Mississippi, el senador republicano Josh Harkins patrocina una iniciativa similar a las de Alabama y Georgia, mientras que Kentucky y Tennessee tienen proyectos de ley sobre marihuana en consideración, aunque todavía no han ganado impulso.
En Florida es probable que se convierta en tema de campaña ya que las elecciones para gobernador estarán acompañadas por un referendo sobre una propuesta de enmienda constitucional que permite el uso terapéutico de la marihuana. El exgobernador republicano Charlie Crist, demócrata que trata de reemplazar al gobernador Rick Scott, ha dicho que es «un asunto de compasión y de confianza en los médicos y el pueblo de la Florida».
Dustin Chandler, policía de Pelham, Alabama, ha sido un factor importante en el impulso de la iniciativa en su estado. Su hija de 2 años, Carly, tiene entre tres y cinco ataques al día debido a un problema neurológico grave que padece desde la lactancia. Chandler, fundamentado en la evidencia empírica de otros lugares, cree que el cannabidiol podría ayudar a controlar los ataques de su hija y a mejorar sus funciones cognitivas.
«Hemos luchado contra el estigma de la marihuana», dijo Chandler. «Me gustaría que mi hija hablara. Me gustaría oírla decir una sola palabra. Eso es algo que la mayoría de los padres da por sentado».
