Para que una ciudad muestre lo mejor de sí, la educación entre sus habitantes pasa a ser un elemento de vital importancia. En este sentido, es de gran satisfacción para nosotros reconocer cómo ciertos sectores de la sociedad se esfuerzan por crear estructuras de valor entre nuestros jóvenes.
Hace unos meses fuimos testigos de una experiencia maravillosa y cada día hemos creído más necesario compartirla con nuestros lectores, para que también conozcan del talento de muchos que hoy son los más pequeños, pero que prometen ser el futuro de la patria.
Recientemente el Programa de Divulgación y Difusión de la Constitución, que dirige la Dra. Milagros Pichardo del Tribunal Constitucional, implementó un programa de cultura constitucional, a través del cual niños y jóvenes de diferentes centros de enseñanza, entre ellos: El Colegio Agustiniano en La Vega y los Colegios Cervantes y Veritas en Santo Domingo, se sintieron motivados para componer canciones y/o pintar escenas tomando como referencia un derecho fundamental, con excepción de la última, que además debió inspirarse en un cuento.
Para nuestra sorpresa, la imaginación y la inocencia fueron elementos muy presentes en las representaciones de cada niño o niña, quienes en el caso de las pinturas, procuraron reflejar un sentir muy interno con las mejores intenciones, las que sólo puede tener un ente íntegro y en el cual se perciben valores cívicos y morales que son los que definen la personalidad de cada individuo.
Por ejemplo, la niña que ganó el primer lugar en el Colegio Cervantes, fue Ashley Clase Ripoll, ella se apropió del cuento “El patito feo”, historia conocida por muchos. Como metáfora, nos hace entrar en reflexiones profundas sobre la moral, pues a pesar de estar implícita en la historia en sí, nos hace entender que con nuestras diferencias, “la igualdad” como derecho fundamental nos permite ser tan especiales a pesar de nuestro aspecto, específicamente en nuestra etapa de desarrollo y formación.
Nuestros orígenes para nada determinan lo que seremos en el futuro, lo realmente importante es reconocer quiénes somos y qué queremos. l