Los 130 empleados de las empresas recolectoras Urbaser y Esensa impidieron ayer que fueran retirados equipos por parte de los propietarios.
Advirtieron que hasta tanto sean pagadas sus prestaciones laborales no permitirán que muevan los equipos del lugar. Por espacio de dos horas, los obreros mantuvieron prácticamente secuestrados los vehículos de los gerentes, aunque luego arribaron a negociaciones y permitieron que salieran.
Para impedir el desmantelamiento total, los empleados que llevan ya cuatro meses en espera del pago, asumieron la vigilancia y advierten que no permitirán que sea sacado ningún artículo sin su consentimiento.
José Augusto Peña dijo que según las informaciones recibidas, en los próximos días otra empresa asumiría a Esensa y Urbaser, pero no se habla de si asumirán las prestaciones que les toca. A principio del mes de enero, la alcaldía de Santiago anunció la suspensión de los servicios de ambas recolectoras.
