Los salarios de los funcionarios

Haciéndose eco de la renuncia del portavoz de la Casa Blanca, quién sólo recibía US$ 9,800.00 después de impuestos, un lector me preguntó en el 2007 cuánto ganaba su par en el país, presumiéndole un salario y beneficios mucho más altos. Es hartamente conocido que los funcionarios dominicanos han convertido en una práctica usual el asignarse salarios, dietas y otros incentivos que triplican los ingresos de sus  desafortunados y sufridos colegas de naciones altamente desarrolladas como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y España. Esto a pesar de una ley de austeridad que el Presidente de entonces y el actual prometieron al país y que finalmente nadie en ninguna de las dos administraciones le hicieron ni le han hecho mucho caso.
Con relación a la inquietud del lector sobre la falta de datos sobre los salarios de los funcionarios, le respondí diciendo que ese es un punto de la mayor importancia, relacionado con la transparencia que debe primar en la vida pública y que, por supuesto, no ha existido nunca, y dudo que alguna vez exista, a menos que esta sociedad se decida a hacer cuanto le corresponde y jamás ha hecho. Es decir, presionar y exigir respeto por el uso de los recursos públicos y las prioridades nacionales.
En países donde realmente se practica la democracia, se observan las reglas y los ciudadanos tienen pleno derecho de reclamar por esa información, lo cual no es posible en este país, como lo demuestran muchos intentos fallidos de personalidades y entidades con las nóminas gubernamentales. Esfuerzos que han estado sustentados en una ley de la paternidad del partido en el poder, que en la práctica es sencillamente letra muerta. En el país hay funcionarios, en el gobierno y el Congreso, que reciben por encima de un millón de pesos al mes, mientras los médicos y los maestros hacen huelga por cinco mil pesitos. l