Entender donde se encuentra la República Dominicana en cuanto a desarrollo en la región y en el mundo, es un hecho aunque decepcionante por los resultados, valioso en la búsqueda de nuevas formas de dirección y gestión del Estado.
Por lo que hay que ponderar muy positivamente estudios tales como el Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; el Informe Global de Competitividad, así como estudios específicos sobre la corrupción, de Transparencia Internacional o los aún más específicos como los de seguridad vial en el que estamos en el penúltimo lugar en el mundo.
La República Dominicana tiene un gran potencial y así ha sido reconocido por no pocos expertos en desarrollo; pero se requiere de una Gerencia del Estado que pueda convertir ese potencial en desarrollo real. De ahí que si bien ha de evaluarse lo que se ha hecho, más sentido práctico tiene lo que se hace y lo que ha de hacerse.
El Plan Decenal de Educación 1992, el Plan de Desarrollo Cultural 2001 y el Plan Decenal de Salud 2006 fueron grandes oportunidades perdidas; pero aparece otra más grande oportunidad, aun presente. Se trata de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, END 2030; además se ha dado otro paso adelante con el Plan Plurianual 2012-2016. Es la primera vez en la historia del país que se conjugan ambos elementos. Es decir una estrategia de largo plazo y un plan plurianual que coincide con el inicio de gobierno.
La END 2030 se puede considerar técnicamente como un documento e instrumento gerencial impecable; sigue una gran tradición en la elaboración de políticas públicas en las últimas décadas no solo mediante la elaboración de muy buenos instrumentos gerenciales, sino de validarlos por la vía de una amplia participación; y así se hizo.
¿En qué medida a partir de los nuevos instrumentos se pueden entender que se superan las fallas del pasado que hicieron fracasar extraordinarias iniciativas gerenciales, para solo citar los casos más notables, como aconteció en educación, salud y cultura?
¿Qué se hace hoy que sea cualitativamente superior o al menos diferente respecto a las grandes experiencias fracasadas y oportunidades perdidas?
Como se ha dicho recordando las fases del proceso administrativo, es decir, planificación, organización, dirección y control, es la conjugación de las dos últimas –ejecución- donde se encuentra uno de los principales escollos de la Gerencia del Estado en la República Dominicana y hacia ahí es que debe dirigirse la saeta. l
