EEUU: Multas podrían dificultar obtener ciudadanía

EDINBURG, Texas, EE.UU. — Hilda Vásquez fue juntando el dinero para su solicitud de ciudadanía estadounidense con la venta de tamales caseros en oficinas del sur de Texas. Carmen Zalazar aceptó trabajos adicionales de cuidado de niños por las noches

EDINBURG, Texas, EE.UU. — Hilda Vásquez fue juntando el dinero para su solicitud de ciudadanía estadounidense con la venta de tamales caseros en oficinas del sur de Texas. Carmen Zalazar aceptó trabajos adicionales de cuidado de niños por las noches después de hacerse cargo de otros durante todo el día en Houston.

Las mujeres se apretaron el cinturón y ahorraron durante meses para poder pagar la solicitud de 680 dólares, pero podría ser insuficiente para otros solicitantes en el futuro.

Ahora que el presidente Barack Obama renovó su cruzada por una reforma migratoria integral, algunas propuestas que han surgido impondrían multas de hasta 2.000 dólares por encima de las cuotas de solicitud, lo que elevaría mucho más los obstáculos financieros para las personas que viven en Estados Unidos sin autorización.

«Uno tiene más derechos cuando es ciudadano, como el votar», dijo Zalazar, que es residente legal. En cuanto inició una clase sobre ciudadanía, «empecé a ahorrar porque sabía que de otra forma no será posible».

Millones de inmigrantes ya están familiarizados con esa lucha. Un sondeo de 2012 efectuado por el Centro Pew Hispano mostró que solo el 46% de los inmigrantes hispanos que cumplen los requisitos para naturalizarse ya lo hicieron. Las dos principales razones para la baja cifra eran falta de capacidad en el manejo del inglés y falta de dinero para pagar la solicitud.

Manuel Enrique Angel hizo del aprendizaje del inglés su primera prioridad al llegar a Houston desde su natal El Salvador hace dos años. Ahora ya habla el idioma con claridad, y tiene planeado solicitar la ciudadanía en cuanto cumpla con los requisitos posteriormente este año.

Con estudios de abogacía en El Salvador, el joven de 28 años trabaja como cocinero en un restaurante de hamburguesas de Houston. Su esposa, una ciudadana estadounidense, labora como estilista de cabello. El calcula que le llevará unos ocho meses ahorrar el dinero para la solicitud de ciudadanía.

«Es realmente difícil cuando tienes que pagar renta de unos 600 dólares, cuando tienes que pagar abonos del auto por 300 y 500 dólares», dijo Angel.

Los republicanos partidarios de las multas propuestas dicen que son necesarias para evitar cualquier impresión de que crear un mecanismo de naturalización equivale a otorgar una amnistía.

Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro para Estudios sobre Inmigración, un organismo de investigación en Washington que respalda la aplicación de medidas más estrictas para controlar el flujo de inmigrantes que llegan de otras naciones, dijo que si a los inmigrantes que están en el país sin autorización se les permite buscar la ciudadanía, deberían tener que pagar los costos, los cuales se incrementarán si es necesario procesar millones de solicitudes.

Sin embargo, señaló, no deberían ser tan elevados que la gente no pueda pagarlos. «Es estúpido imponer a la gente precios elevados», dijo Krikorian.

El proyecto de reforma migratoria que aprobó en junio el Senado no fija los costos de una posible naturalización al cabo de 13 años. Los legisladores dejaron ese punto al Servicio de Ciudadanía e Inmigración, con la idea de que las tarifas crearan un sistema autofinanciable.

Aunque no se han definido montos, el proyecto de ley del Senado impone sanciones por un total de 2.000 dólares que serían cubiertas a lo largo de los trámites. La iniciativa prevé la creación de una nueva categoría llamada «inmigrante provisional registrado» y obligaría a cualquier en esa clasificación al pago de impuestos.

Durante la espera de 13 años, los inmigrantes serían «trabajadores registrados, podrían tener mejores ingresos y progresar en la vida», dijo Ellen Battistelli, analista de políticas en el Centro Nacional de Ley de Inmigración. Battistelli se ha pronunciado en contra de que el proceso sea demasiado costoso.

«Los requisitos son tantos y la carga financiera es enorme que es un proceso muy riguroso a seguir», en especial para los trabajadores que tienen bajos salarios, dijo Battistelli.

El jueves, la Cámara de Representantes dio a conocer los principios de su reforma migratoria, que no incluyen una opción especial para que logren la ciudadanía los 11 millones de personas que viven sin autorización en Estados Unidos y que obligaría a los que se encuentren en esta situación a «pagar multas importantes e impuestos retrasados» a fin de que logren la regularización.

En entrevista con la CNN y difundida el viernes, el presidente dejo entrever que podría considerar una iniciativa que no ofrezca un mecanismo de naturalización, un giro notable respecto de su postura anterior de que «no tenía caso» dejar sin solución este aspecto migratorio.

El viernes, Obama reiteró su preferencia hacia una opción concreta para la ciudadanía, pero afirmó que no quiere adelantar «ningún juicio» sobre la iniciativa que pueda aterrizar en su escritorio.

Vázquez y Salazar, ambas residentes legales de unos 50 años de edad, no tenían que trabajar a escondidas y tomaban clases de ciudadanía.

Durante una clase a la que asistió Salazar en el Centro Comunitario Baker-Ripley en el vecindario diverso de Gulfton, en Houston, la profesora Crystal González, preguntó a sus alumnos cuánto costaba convertirse en ciudadano estadounidense. Muchos levantaron la mano.

«¿Cuántos de ustedes tienen 680 dólares para gastarlos mañana?», preguntó González. Nadie alzó la mano. Solo hubo algunas risas nerviosas y otros se tallaron las sienes.

«Ya le estamos diciendo a la gente que empiece a ahorrar por lo de la reforma», dijo González posteriormente. «No queremos que se frenen porque no tienen dinero».

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