¿Funcionan las terapias de pareja?

“ El que tenga que recurrir a un  tercero para entenderse en su relación de pareja, significa que la relación sencillamente no va bien”,  “Yo no creo en las terapias de pareja pero sí en la terapia de manera individual. Mejor…

“ El que tenga que recurrir a un  tercero para entenderse en su relación de pareja, significa que la relación sencillamente no va bien”,  “Yo no creo en las terapias de pareja pero sí en la terapia de manera individual.

Mejor que cada uno vaya por su lado”, “Yo necesito que un terapeuta me diga qué debo hacer y qué no, para que mi relación de pareja ande bien”, “Cuando llegas al terapeuta lo que quieres escuchar es precisamente lo que sabes que tienes que hacer y no te atreves a hacerlo”, “Vine por complacerla a ella porque entre nosotros todo anda bien,” “Los terapeutas no resuelven nada. Te escuchan y al final de cuentas una es quien tiene que resolver sus problemas”.

Los planteamientos anteriores corresponden a personas que han experimentado en un momento de su vida la necesidad de recurrir a una terapia para intentar salvar su relación o bien dinamizarla.

La falta de comunicación y las infidelidades son las principales causas que motivan a la pareja a buscar la ayuda de un profesional, pues cuando se dan problemas en la pareja se ve amenazada la calidad de la relación y la estabilidad emocional de ambos miembros.

 Según datos que maneja la Asociación Americana de Matrimonios y Terapias de Familia, el 97.1 % de los clientes (término moderno aceptado y utilizado actualmente para denominar a los pacientes), está satisfecho con los resultados de sus terapias y el 98 % dice que ha sido excelente o bueno.

Pero los terapeutas manejan otras estadísticas , según la cual el 80 % se muestra satisfecho y el 100 %  ha tenido que volver.

“Sostenerse en el tiempo es muy trabajoso y muchas veces la pareja sola no puede dinamizarse y por eso recurre a una ayuda profesional”, explica la psicóloga Jessica Valdez ,experta en la materia, abordada para elCaribe sobre el tema.

“La motivación de salvar algo es fundamental para que la terapia funcione, porque la motivación ha de venir de adentro, no de fuera”, dice la especialista.

Aunque la dinámica implica visitas por separado y luego juntos, el trabajo debe ser aceptado por ambos en la relación. Cuando uno de los dos no quiere la terapia, se trabaja con quien sí la desea  y se persigue ayudar a ese miembro en su estado emocional y su dinámica en esa relación.

“Cabe destacar que hoy muchos hombres llevan a sus mujeres para salvar su matrimonio y  muchas mujeres acuden solas porque están siendo infieles a sus esposos ”, dice la experta.

Por ética, Valdez no da terapia de pareja cuando existe un tercero, ¨porque si son dos no puedes competir con un tercero. Solo será posible  si la infidelidad quedó en el pasado y deseas recomponer tu relación”.

¿Cuál es el trabajo del terapeuta? El trabajo del terapeuta no es hacerte ver lo que a ti te pasa. “La persona suele saberlo, nuestro trabajo es ayudar a producir el cambio en eso que se quiere.

Cuando una relación alcanza el grado de saturación, se imposibilita ver a distancia entonces un tercero. En este caso, el terapeuta te ayuda a ver lo que realmente  sucede, te ayuda a delimitar o a que puedas entender,  pero la decisión final la va a tomar la pareja”.

¿Y cuando uno de los dos decide no seguir en la relación? En ese caso, el papel del terapeuta es ofrecerle ayuda al afectado para vivir el consecuente duelo de toda ruptura, de toda pérdida.  Se prepara a esa persona y  eso se habla delante de su pareja. Por ejemplo, qué  miedos tendrá que enfrentar, el proceso de divorcio, si hay hijos involucrados… es hacer la ruptura de una manera saludable .

“La terapia de pareja no solo es para unir o reunir, sino también para ayudarle andar el camino a cada uno de los miembros por su lado. Muchos llegan a consulta  para salvar la relación y terminan separados, porque es preciso entender que para vivir bien no necesariamente hay que estar unidos hasta que la muerte los separe”, sostiene Valdez.

Para establecer una terapia de pareja deben estar dadas ciertas condiciones, como entender que la gente no cambia, o aceptas a tu pareja tal cual es, o la dejas. Lo que se puede cambiar es la dinámica de la pareja,  pero la gente nunca cambia.

Posibilidades de éxito
El 70 % del éxito en toda terapia de pareja dependerá de la empatía o vínculo entre la pareja y el terapeuta. Y ese éxito se mide en proporción al cometido,  el cual se trata de que una relación alcance un bienestar que no contaba cuando  llegó a la terapia”.

Valdez compara las terapias de pareja con el proceso de dieta: “Un nutricionista puede ser bueno, pero si su paciente no pone de su parte, no va a lograr su objetivo”.

Existe un porcentaje importante entre las mujeres que rondan las cinco décadas de acudir a este tipo de terapia. Según la especialista, ésta llega sola porque piensa que su pareja no quiere acudir y ni siquiera se lo propone. 

Suele venir por una de dos: o ellas son infieles y no se atreven a dejar a su esposo por miedo o por comodidad, o desean dinamizar su relación  como cuando tenían 30 años.

¿Qué tiempo dura una terapia de pareja?  A una terapia de pareja no se le puede poner tiempo. “Todo dependerá de la pareja y lo que en ella se envuelve. La terapia breve es la más frecuente,  aquella donde se trabaja en la resolución de un conflicto puntual. Nos focalizamos en algo concreto. Esta suele durar de 8 a 10 sesiones. Casi siempre semanal o quincenal, dependerá del tiempo disponible”.

La dinámica a seguir suele ser los dos en la primera sesión.  Segunda y tercera por separado y luego juntos nuevamente. “Es bueno destacar que nada queda oculto, lo que se aborda por separado luego se trata en pareja”. Conforme a sondeos, se ha podido determinar que hoy la infidelidad es mayor de parte de las mujeres. Pero no siempre es una infidelidad basada en el sexo, “la mujer comienza buscando a alguien que la escuche, que la tome en cuenta, que la haga sentir diferente.  Se comparten temas, se intercambian opiniones, se aconsejan sobre asuntos cotidianos…”puntualiza Valdez.

Aunque la infidelidad y la falta de comunicación son efectivamente las mayores causas de búsqueda de ayuda, la psicóloga Marianka Herrera lamenta que otra causa que va en aumento es la violencia verbal y física dentro de la pareja; el cómo ponerse de acuerdo en la crianza de los hijos y las dificultades económicas o mal manejo de la economía.

Su experiencia, la lleva a asegurar que las parejas que suelen ir a estas terapias son parejas en crisis por mucho tiempo. “Lamentablemente no suelen acudir a terapia las parejas con disgustos esporádicos o constantes, ni con incompatibilidad de caracteres, ni con distintas metas o prioridades, sino que suelen esperar y esperar ,lo que se traduce en acumulación de malestar hasta que finalmente estalla”, comenta Herrera.

A su entender, una pareja se hace inteligente y madura con el tiempo, superando conflictos, experimentando vivencias y convivencias,  “por esta razón son recomendables los retiros y las terapias de parejas, los encuentros sociales con otras parejas, entre otras actividades.

Defiende el rol de los terceros como herramienta en la búsqueda de solución cuando la pareja presenta diferencias. Cuando ese tercero es un sacerdote, familiar, amigo o persona de confianza, puede ayudar escuchando a la pareja mientras hablan de la problemática que están viviendo y en su buena voluntad ofrecerles sus mejores consejos.

En el caso de que el tercero sea un terapeuta, garantiza la capacidad de análisis de la situación que la pareja expresa,  “nuestros sentidos están entrenados para detectar realidades y cambios (la capacidad de escuchar que empieza a funcionar desde la primera llamada telefónica, los ojos; que reciben la persona o la pareja y durante toda la consulta, la palabra, porque es la encargada de devolver el entendimiento; la aceptación y  la guía a encontrar las posibles soluciones”.

“La experiencia ayuda mucho en la búsqueda de soluciones al problema, aunque cada caso es diferente, sobre todo, la posición privilegiada de estar fuera de la relación de pareja, no afecta las emociones o los intereses del terapeuta, por lo que ve el problema con más claridad”.  subraya Herrera. l

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