Luego, con el un rebote de la pelota —o dos rebotes, según la opinión— el campeón de 17 torneos de Grand Slam se transformó en la edición de 2013 de Federer, un jugador vulnerable e indeciso.
Después de romperle el saque a Murray para tener la oportunidad de sacar por el partido y meterse por 11er año consecutivo en las semifinales del Abierto de Australia, el astro suizo perdió su servicio.
Federer se recuperó y sacó ventaja de 5-2 en el desempate, pero luego Murray remontó y ganó seis de los siete últimos puntos para prolongar el duelo del miércoles por los cuartos de final.
Luego de desperdiciar un puñado de break points en el siguiente saque de Murray, que duró casi 19 minutos, Federer finalmente superó al campeón de Wimbledon por 6-3, 6-4, 6-7 (6), 6-3 para avanzar a las semifinales contra su némesis Rafael Nadal.
«Tuve que mantener la calma y olvidarme un poco de eso, porque fue un gran partido hasta ese punto», dijo Federer.
Murray empezó su remontada después de disputar un punto en el noveno game del tercer set, cuando pensó que la pelota rebotó dos veces antes que Federer le pegara. Las repeticiones mostradas en la Arena Rod Laver fueron inconclusas. El suizo creyó haber jugado correctamente, y dejó la decisión al umpire.
«Estoy orgulloso por la forma en que luché», comentó Murray. «He mejorado bastante en cuatro meses».
Aquejado por ampollas en la mano izquierda, Nadal perdió el primer set y levantó puntos de set en el tercero, pero finalmente derrotó 3-6, 7-6 (3), 7-6 (7), 6-2 al búlgaro Grigor Dimitrov.
«Uno pierde un poco de coordinación. Sí, es algo importante», señaló Nadal sobre la dificultad para agarrar la raqueta. «Saqué más lento. Saqué mal, (pero) pude ganar el partido contra un oponente muy complicado, así que vale mucho más que cuando todo sale bien».
«Y debido a estas victorias, a veces sucede que al día siguiente juegas mucho mejor, y estas victorias pueden significar más que los días en los que juegas fabuloso».
Y así es como se vuelven a encontrar los más grandes tenistas de esta era. En una jornada en la que la bicampeona defensora de Australia, Victoria Azarenka, perdió 6-1, 5-7, 6-0 ante Agnieszka Radwanska para sumarse a las salidas de otras estrellas, Nadal y Federer ganaron partidos consecutivos para dejar la mesa servida para su 33er duelo.
Stanislas Wawrinka frenó el intento de Novak Djokovic por conquistar su cuarto título consecutivo, y quinto total, al eliminarlo en los cuartos de final, y enfrentará el jueves en semifinales a Tomas Berdych, finalista de Wimbledon en 2010. Ninguno ha ganado un título de Grand Slam, pero uno tiene asegurada la oportunidad en Australia.
Ese partido será precedido por las semifinales de mujeres. Li Na, campeona del Abierto de Francia en 2011 y dos veces finalista en Australia, es la única campeona de un major que sigue en pie. La china jugará contra la canadiense Eugenie Bouchard, de 19 años.
Radwanska se topará con Dominika Cibulkova, quien despachó sin problemas a Simona Halep.
Nadal y Federer no vuelven a la cancha hasta el viernes, lo que otorga al español tiempo para que sanen sus ampollas, y a Federer para recuperarse de su agotador triunfo sobre Murray. El británico llegó a Melbourne después de pasar la mayor parte de los tres últimos meses recuperándose de una cirugía de espalda.
Nadal, que se perdió el Abierto de Australia en 2013 por una lesión, volvió al circuito después de siete meses de inactividad y tuvo una de las mejores temporadas de su carrera: conquistó 10 títulos, incluyendo los abiertos de Francia y Estados Unidos, y regresó a la cima del ranking.
Federer, en cambio, tuvo su peor temporada en una década, al no alcanzar la final de ningún Grand Slam y caer al sexto puesto en el ranking.
Federer cree que finalmente está en condiciones de ganar otro Grand Slam, luego de contratar a Stefan Edberg como entrenador y acostumbrarse a una raqueta más grande.
«Definitivamente creo que eso es lo que solía hacer muy bien, la transición del juego defensivo al ofensivo», comentó. «Definitivamente tuve esa sensación hoy. Estoy de vuelta».
