Mariano Rivera es homenajeado por su trayectoria

BOSTON— Han transcurrido cuatro semanas desde la última vez que lanzó desde un montículo y Mariano Rivera insiste que está disfrutando plenamente su condición de pelotero jubilado.

BOSTON— Han transcurrido cuatro semanas desde la última vez que lanzó desde un montículo y Mariano Rivera insiste que está disfrutando plenamente su condición de pelotero jubilado.

Pero el ex cerrador de los Yanquis planteó el jueves una idea al comisionado Bud Selig. ¿Qué tal otra gira de despedida, esta vez en estadios de la Liga Nacional? El panameño estaba bromeando, pero la ocurrencia no deja de ser tentadora.

«Jefe, escuche bien lo que lo voy a decir», dijo Rivera dirigiéndose a Selig. «Hice un recorrido completo en la Liga Americana, acompañado todo el tiempo por mi familia, así que he decidido que quiero hacerlo en la Liga Nacional».

Selig se entusiasmó con la idea: «Vamos a hacer eso realidad», dijo.

Rivera fue homenajeado en la antesala del segundo juego de la Serie Mundial, y Selig le entrego un trofeo de la oficina del comisionado por sus logros históricos. El derecho se retiró tras 19 años de carrera, en la que estableció el récord histórico de salvamentos con 652. A sus 43 años, se anotó 44 rescates esta temporada.

«Recibir este premio es algo especial», dijo Rivera.

Acto seguido, el panameño salió al terreno de juego del Fenway Park junto a su esposa y tres hijos varones. Los fanáticos de los Medias Rojas lo ovacionaron, y el emblemático bateador designado de Boston, David Ortiz, lo abrazó en el montículo.

Selig se expresó en términos efusivos sobre Rivera, al catalogarlo como un «modelo ejemplar» del béisbol.

«Se dice que todos los récords están para ser rotos, pero este es uno del cual tengo mucha seguridad que perdurará», dijo Selig sobre los 652 salvamentos de quien calificó como «una de las grandes estrellas de esta generación».

«Se convirtió en el rostro del béisbol en esta generación. Y lo hizo con mucha clase, mucha dignidad y mucho honor», añadió.

Rivera insistió en que aún no ha acusado la verdadera sensación de estar retirado al explicar que se toma estos primeros días como si fueran los del receso de temporada. El impacto, según dijo, llegará en febrero cuando no tenga que presentarse a los entrenamientos de pretemporada.

«Ya no podré hablar de retiro, sino de una tentación, así que voy a tratar de ir a lugares donde no se juegue béisbol».

También está seguro de que se retiró en el momento ideal. De momento, lo único que ocupa su tiempo es colaborar con la iglesia en Nueva York en la que su esposa, Clara, es pastora.

«No es nada difícil si tomas la decisión con firmeza», declaró Rivera. «Dejé todo lo que tenía. Si me dicen que tengo condiciones para lanzar, yo les respondo que hasta aquí llegué».

¿Trabajar con los Yanquis o con Grandes Ligas?

«Nada de eso. Estoy bien así ahora mismo, por ahora quiero descansar».

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