¡Cuuuaaartooos!

Insisto: En el PRD no salen de una. Cuando no es Juan es Juana, y si no hay con quien pelear, los de un mismo grupo, corriente o tendencia se emburujan entre ellos, como para no perder la forma. Gente del grupo de Hipólito Mejía procuró y consiguió&#8

Insisto: En el PRD no salen de una. Cuando no es Juan es Juana, y si no hay con quien pelear, los de un mismo grupo, corriente o tendencia se emburujan entre ellos, como para no perder la forma. Gente del grupo de Hipólito Mejía procuró y consiguió un embargo a las cuentas bancarias de la organización dizque para que el dinero del partido no fuera utilizado en su beneficio y medalaganariamente ¡¿por Miguel Vargas Maldonado?! (¡vaya usted a ver!), acción que fue anulada por sentencia del Tribunal Superior Electoral. Pero como la intención no es más que un gadejo (ganas de jo…), esa misma corriente inmediatamente se procuró -¡y también logró!- otro embargo de igual naturaleza aunque con otras motivaciones, a causa del cual, la alta dirección perredeísta todavía no puede acceder a los fondos que la organización tiene depositados en varios bancos comerciales del país, y en consecuencia, no ha podido cumplir toda una serie de compromisos y obligaciones que, adicionalmente, ponen en mora al PRD y dan valor agregado a algunas deudas, encareciéndolas. En conclusión, el propósito de estas acciones no es otro que atar de manos al partido para que no pueda cumplir con el cronograma trazado para el montaje de su convención nacional pero al mismo tiempo, culpar a Vargas Maldonado y los suyos de paralizar tales trabajos con la finalidad de no hacer la convención y quedarse de facto en la dirección. Los que conocen al PRD y su rutina bien saben que con el dinero de Miguel ya antes, en muchas oportunidades, el partido blanco ha enfrentado sus obligaciones y deberes, por lo que no debe existir siquiera la presunción de sospecha de que necesita quedarse con esa viruta, contrario a otras figuras de la organización, célebres entre sus propios compañeros porque de ordinario dejan en “go” –y para su uso propio- buena parte de lo que han recaudado en más de una jornada proselitista. “Es que se queda(n) con la mitad de los cuartos que le(s) dan, porque es(on) un barril sin fondo”, suelen comentar los compañeros. ¿Y entonces..?

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