“Buscamos proyectar el arte dominicano más allá de nuestro territorio”

Pascal Meccariello, Belkis Ramírez, Raquel Paiewonsky y Jorge Pineda conforman un equipo muy especial, Quintapata, un colectivo artístico dominicano que desde su concepción ha contribuido a la diversidad y vigor del arte dominicano, con la finalidad&#8

Pascal Meccariello, Belkis Ramírez, Raquel Paiewonsky y Jorge Pineda conforman un equipo muy especial, Quintapata, un colectivo artístico dominicano que desde su concepción ha contribuido a la diversidad y vigor del arte dominicano, con la finalidad de lograr una mayor proyección en tierras extranjeras. Y lo han logrado. Su última hazaña ha sido la presentación de su más reciente propuesta artística en la actual Bienal de Venecia, ADN, que ya forma parte de la colección Daros Latinoamérica, una de las más prestigiosas del mundo. Esto suma considerablemente a la experiencia y trayectoria de estos cuatro artistas que día tras día buscan nuevas maneras de producir arte, y los reafirma como un sólido proyecto de arte contemporáneo que desde su primer proyecto, «Mover la roca», ha logrado llamar la atención de aquellos sedientos de contemporaneidad. 

La esencia de Quintapata… Somos cuatro artistas que definen el arte como su forma de interpretar el mundo y que juntos gestionan la manera de hacer visible esta idea. Tanto en nuestros proyectos de creación colectiva, que es la experiencia más trascendental que hemos tenido como grupo, así  como en nuestros  proyectos de creación individual.

¿Qué buscan con este proyecto? Fortalecer aspectos relacionados con la gestión y la creación del arte que producimos en nuestro país, poder contextualizarlo y discutirlo tanto en la esfera local como en la internacional.

¿Qué los motivó a unirse y qué los mantiene aún? Aparte de la amistad, las afinidades profesionales y el respeto por mutuo por nuestra obra, está el compromiso con las necesidades de nuestro medio artístico y la conciencia de accionar en beneficio de fortalecer varios circuitos: la producción de arte contemporáneo nacional, su proyección en todas las esferas, el acercamiento con los diferentes públicos y el apoyo por parte de los sectores sociales llamados a contribuir con la perennidad de nuestra cultura. Creer en todo esto nos ha unido y nos mantiene.

Gracias a sus bienales, Argentina (Bienal del Fin del Mundo, Ushuaia), La Habana y Venecia se han convertido escenarios muy importantes para la proyección de cualquier artista. ¿Qué les ha aportado a ustedes su participación en éstas? Nos ha proporcionado una nueva experiencia en cuanto al ejercicio de la gestión, que amplía nuestros referentes en esa materia, fortaleciendo nuestra línea de acción como grupo; del mismo modo estos eventos han redefinido las características de nuestras propuestas y la imagen de Quintapata como colectivo.

A pesar de ser un colectivo, paralelamente cada uno ejerce su carrera de manera individual. ¿Cómo logran ponerse de acuerdo para la conceptualización de un proyecto? Siempre nos planteamos un diálogo abierto, donde cada uno aporta en la misma medida sus opiniones. Nuestra estructura de trabajo es horizontal y no siempre estamos todos de acuerdo, pero acatamos y respetamos la decisión de la mayoría. Es un ejercicio absoluto de democracia y de aprendizaje. Complejo, pero divertido.

Son un referente del arte contemporáneo. ¿Qué opinión les merece el que muchos críticos, amantes del arte y público en general consideren que en la actualidad se ha cruzado la línea imaginaria que divide lo que es y no es arte? Esto es una constante en la historia del arte. Desde antes de Marcel Duchamp, ya esto pasaba, basta mencionar a los impresionistas. Es una cuestión de tiempo. En el caso de Duchamp su obra reflexionaba directamente sobre este planteamiento donde un objeto se definía como arte o no. Lo importante es que luego del asombro la obra pueda dialogar con el público. Los monólogos son aburridos.

Muchos no lo entienden, ¿será que en realidad no es para todos? Creemos que todo ser humano está en capacidad de entender lo que ha sido creado por otros seres humanos. En gran medida, la producción de arte contemporáneo ofrece una gama más amplia de estrategias de comunicación y de posibilidades en la forma de ser abordado por el público, que propician un mayor acercamiento a las problemáticas o asuntos de la sociedad actual y global. Se trata sólo de dejar un poco atrás los preconceptos a la hora de enfrentarnos a un nuevo planteamiento que se sale de los esquemas.

¿Dónde ha quedado el arte por mero disfrute, placer? Ahora todos los artistas protestan con sus obras. La magia del arte radica en la pluralidad de lecturas que ofrece una obra. El sentido estético hoy no se puede medir con parámetros del Renacimiento. Claro que existe placer estético y que los artistas siempre discuten, reflexionan y protestan sobre su tiempo. Pensemos por un momento en “Los desastres de la Guerra” de Goya.

¿En RD vamos por buen camino en materia de arte? Nos atrevemos a decir que sí, sobre todo por el surgimiento de nuevos artistas con propuestas que se salen de lo común y por la confirmación de otros con más tiempo en el medio, que siguen apostando a la libertad creativa y a la infinita cantidad de medios a su alcance para expresarla.

¿Qué nos hace falta? Garantías institucionales que brinden sostenibilidad a la labor creativa, además de educación a todos los niveles.

De todos sus proyectos, ¿cuál es la joya más mimada? En estos momentos estamos en su proceso de creación.

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