Renuncias en el Poder Judicial

Recientemente un destacado jurista renunció como juez del Poder Judicial. No es el primero que lo hace en los últimos meses, se suma a otros que igual tenían altas funciones y varios años de servicio impecable, caracterizado por la honestidad,…

Recientemente un destacado jurista renunció como juez del Poder Judicial. No es el primero que lo hace en los últimos meses, se suma a otros que igual tenían altas funciones y varios años de servicio impecable, caracterizado por la honestidad, la capacidad y el alto sentido del deber. Por ello el impacto de la noticia. Esos magistrados no salieron de la judicatura por falta de amor a su trabajo, ni por presiones desde arriba, ni por desengaños o problemas con sus compañeros. Siempre respetaron y fueron respetados. Eran ejemplos a seguir.

Lo hicieron simplemente para mejorar su calidad de vida y tener sueños y esperanzas que pudieran hacer realidad. Y lo lograrán, pues las condiciones humanas y profesionales les sobran. Tengo entendido que otros jueces buenos piensan actuar de igual modo, muchos con doctorados, varias maestrías, académicos de primera, y sobre todo, íntegros y laboriosos. La razón es la misma: hay dificultades para ascender en el Poder Judicial en términos jerárquicos y materiales. Por desgracia, se sienten estancados y sin posibilidad de desarrollo. Y eso desestimula hasta al ciudadano más humilde. Los positivos cambios en el Poder Judicial en las últimas décadas representan uno de los grandes avances de la democracia dominicana. Tanto la anterior como la actual Suprema Corte de Justicia, sin negar sus respectivas debilidades, han dignificado la judicatura. Se mantiene la disciplina, hay jurisprudencia constante, se tiene una buena organización gerencial y esos casos otrora tan normales de venta y compra de sentencias son ahora la excepción.

A esto se agrega una capacitación constante a sus miembros, incluyendo jueces y personal administrativo. La Escuela Nacional de la Magistratura es un símbolo de academia formativa. También la mayoría de las salas de audiencia son adecuadas para conocer los juicios. Podríamos enumerar más logros, pero todo ello se empaña si no existe motivación para crecer entre los magistrados que componen las Cortes, los Juzgados de Primera Instancia y los Juzgados de Paz. Algunos han expresado que en ocasiones no se toman en cuenta los méritos para las promociones, ni se respeta el escalafón, y que en esas circunstancias se dificulta hacer carrera en la judicatura. Es un tema serio, que merece la atención de todos, seamos o no abogados. Nuestra Suprema Corte de Justicia está integrada por personas inteligentes, visionarias y de vasta experiencia jurídica, que sabrán actuar en consecuencia, pues no podemos darnos el lujo de que continúen renunciado magistrados de calidad, debilitando al Poder Judicial. Mientras tanto, con lo ocurrido ganó el ejercicio responsable del derecho en el ámbito privado. Los jurisconsultos que dejaron la judicatura tendrán un éxito profesional asegurado, donde sólo sus metas serán sus límites.

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