La estimulación temprana beneficia a los niños

Diferentes investigaciones han demostrado que a los tres años de edad, el 90% del cerebro se ha desarrollado y que durante este período los niños aprenden más rápido, convirtiéndose en una especie de esponja capaz de absorber todo lo que está&#8230

Diferentes investigaciones han demostrado que a los tres años de edad, el 90% del cerebro se ha desarrollado y que durante este período los niños aprenden más rápido, convirtiéndose en una especie de esponja capaz de absorber todo lo que está a su alcance si le es proporcionado de manera correcta.

A esa edad, se espera que la organización estructural de los patrones neuronales se vaya desarrollando a partir de experiencias y estímulos, asociados a los sentimientos y las emociones que el entorno le provee, situaciones que determinan el proceso de maduración, la manera de pensar, sentir y comportarnos.

Asimismo, algunos autores afirman que la educación temprana será tal vez el único componente que tendrá implicaciones en romper los patrones de desigualdad y pobreza, al dotar a los niños, desde su primera infancia, de los conectores que estimulan su inteligencia.

Esta etapa educativa tiene como finalidad aprovechar la plasticidad del cerebro de los infantes para estimularlos positivamente y ayudarles a alcanzar su máximo potencial. Es un hecho que un niño con buen desarrollo motriz podrá moverse más y encontrar en nuevas experiencias un mayor aporte de datos para su intelecto, de la misma forma que al acceder a un mayor conocimiento intelectual se volverá más movedizo y curioso.

 La estimulación temprana es una forma de proveer al cerebro del niño los datos, usando el camino sensorial, para que los almacene, los procese y pueda, de esa manera, lograr que toda la información que entra pueda salir en realizaciones propias. Ante la ausencia de información hay ausencia de resultados.

El tema, debatido constantemente se convierte en  motivo de preocupación para algunos padres. Giselle Gómez Pellerano, subdirectora de la Escuela de Educación Temprana Saint Joseph School, insiste en que una oportuna atención en la primera infancia es garantía para el buen desarrollo de un ser humano. “El éxito de un niño en la escuela dependerá de las experiencias en sus primeros años de vida”, dice.

El hogar, el mejor inicio

Los padres y la familia en sentido general son esenciales a la hora de lograr una estimulación adecuada y por tanto, buenos resultados. Lo primero es aprovechar cada momento que se vive con el niño. Que los niños pequeños sepan identificar animales, colores, objetos o incluso enumerar cosas es el sueño de los papás, pero la gran pregunta sigue siendo: ¿cómo lograr esto?

Giselle Gómez Pellerano se refiere al rol primordial que debe jugar la mamá y el papá y el tiempo que ellos le dedican a los pequeños. Por ejemplo, si llevan al niño a un museo de ciencia, deben hacer todo para que este paseo sea, además de un momento de diversión, un tiempo de aprendizaje y educación.

Para esto los papás se pueden auxiliar, por ejemplo, del nombre de los planetas, los sonidos, las formas y colores. Es vital enseñar al niño a realizar discriminación visual mostrándole símbolos o imágenes de cosas que conforman nuestra cotidianidad, agudizando su atención con letreros, sus capacidades auditivas con sonidos de su entorno y táctiles con texturas diferentes.

Pero, aunque el rol familiar es innegable y vital, Gómez Pellerano también hace un llamado para que se busque el apoyo de especialistas en la materia y centros especializados  para despertar el interés de los niños y desarrollar sus capacidades. “La familia actual busca las mejores opciones para su hijo, mucho más en tiempos en que el trabajo y las responsabilidades ocupan gran parte de su tiempo. Por ejemplo, en Saint Joseph School contamos con educadores especializados en el área de educación inicial, que acompañan tanto a los estudiantes como a los padres en todo el proceso, y están inmersas en programas de desarrollo profesional continuo que garantizan los resultados como docentes”, comentó la experta.

¿Cómo hacerlo?

¿Qué son los estímulos? En el sentido más general se podría decir que se trata de impactos sobre el ser humano llamados a despertar una reacción de su parte. Por tanto, hay un sinnúmero de estímulos de naturalezas totalmente diferentes y provenientes de medios diversos.  Aunque cada niño es un universo y hay que respetar su desarrollo individual, evitando comparaciones o retos extremos, en la estimulación temprana juega un rol muy importante la repetición, a la que los expertos llaman unidades de información o “bits”.

Del mismo modo que aprendemos a decir mamá o papá, repitiendo lo que nos dicen una y otra vez, podemos también aprender a leer, lograr un pensamiento matemático, e incluso desarrollar aspectos sensoriales y sociales, aseguran los entendidos en la materia.

“La repetición sistemática y secuencial de estímulos o ejercicios, y de actividades con base científica, refuerzan las áreas neuronales de los bebés. Durante la estimulación, no solo se potenciará adecuadamente el desarrollo motriz, cognitivo, social y emocional del bebé, sino que también se ampliará su desarrollo individual, sus capacidades, su predisposición y su ritmo”, dice Gómez Pellerano.

“Como estrategia concreta para formar a los hijos desde la temprana educación se recomienda a los padres la formación de un buen carácter a través de  un gran esfuerzo y dedicación. “No se puede cosechar el fruto que no se ha sembrado y cuidado con gran generosidad. La formación del buen carácter también requiere del aliento positivo y amoroso. De un corazón que ame y forme en lo positivo, lo bueno y lo bello”, finaliza Gómez.

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