Los conflictos en Sgacedom

La Sociedad General de Autores, Compositores y Editores Dominicanos de Música (Sgacedom) viene cargando pesado desde hace muchos años, debido a una imagen deteriorada por muchísimos conflictos en que ha estado involucrada, a partir de su política&#823

La Sociedad General de Autores, Compositores y Editores Dominicanos de Música (Sgacedom) viene cargando pesado desde hace muchos años, debido a una imagen deteriorada por muchísimos conflictos en que ha estado involucrada, a partir de su política de gestión económica y cobros de los derechos de un sector artístico que casi nunca recibe lo que debería, ni por un lado ni por el otro.

Desde que puso en marcha una filosofía del cobro casi compulsivo, a todas las empresas, radio, televisión, a partir de la ley que regula sus operaciones, Sgacedom fue potencializando una imagen de institución agresiva, conflictiva e intransigente, tuviera o no razón en su política de operaciones. Salvo la gestión del compositor Valerio de León, que fue reemplazado de sus funciones por la comisión gestora que encabeza actualmente el compositor Manuel Jiménez, esta institución no acaba de encausarse por un camino de gestión en la que todas las partes queden complacidas.

En República Dominicana no hay cultura de pagar, mucho menos por los derechos de ejecución de la música en cualquier establecimiento, público, privado, comercial. Si bien es cierto que Sgacedom tiene de frente una labor titánica para regularizar este sector, no es un secreto que las actuales autoridades y las que deberán asumir la presidencia cuando se convoque a nuevas elecciones ordinarias, tendrán que entender cómo se pueden establecer cuotas aterrizadas a la realidad de este mercado.

Los acuerdos entre empresarios, por ejemplo, y Sgacedom, deben garantizar una equidad que no perjudique a ningunas de las partes. Para ordenar el entramado operativo de esta institución necesitará de gente, además de un buen criterio gerencial, el sentido común para saber que no todos los casos pueden ser medidos con la misma vara, aún cuando la ley de Derecho de Autor es bien clara en toda su concepción.

Sgacedom tiene hoy esa imagen que todavía a mediados de los 90 afectaban a la mayoría de las instituciones públicas. A la gente, aunque quería pagar, se le dificultaba acercarse a cualquier oficina gubernamental. Y eso no puede ser.

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