La presencia del virus AH1N1 es un grave problema de salud colectiva. Más que nunca antes, pues de acuerdo con los reportes oficiales por lo menos siete mujeres han fallecido por sus efectos.El Ministerio de Salud Pública ha exhortado a la población acerca de las previsiones que deben adoptarse, con énfasis en las personas más vulnerables, entre ellas las embarazadas y los ancianos.
En la última información servida por la dirección de Epidemiología, se advierte a las personas a no acudir a los centros laborales si sienten malestares gripales. Lo mismo también computa para los estudiantes, lo que compromete a las escuelas a adoptar las previsiones de lugar.
Además, las autoridades sugieren que ante síntomas gripales lo prudente es acudir al médico. “No se puede perder tiempo, pues de lo contrario, el nivel de infestación será catastrófico”, ha dicho la responsable del sistema nacional de Epidemiología, citada por el periódico Hoy.
Lo que estamos viendo es que el país está expuesto a una grave amenaza y sin que pretendamos alarmar, las autoridades sanitarias no están respondiendo a la altura de la circunstancia.
Si estamos ante un potencial desastre en materia de salud colectiva no es suficiente con lo que hace el gobierno y su brazo ejecutor, Salud Pública. No es suficiente con que se haga una declaración para los medios. Frente al panorama que se ha planteado, debe lanzarse una campaña de mayor alcance. No puede ser una tarea marginal de un departamento. Es una cuestión del país y así deben entenderlo las autoridades.
El gobierno nacional debe utilizar todos los medios para explicar con propiedad lo que está pasando y lo que podría suceder. No hay que esperar que mueran más personas. Tenemos un virus que se ha multiplicado con las lluvias y cualquier persona puede contraerlo. En consecuencia, el mejor remedio es la información y la educación. ¡Manos a la obra!.
