Continuamos llevándoles informaciones reveladas por Chip Walter en científica American (2012) sobre la investigación de los ocultos y poderosos mensajes comunicados a nuestro cerebro, al cuerpo y a la pareja en el acto de besar.El beso sigue resistiendo la disección científica. Los científicos se sienten entusiasmados y creen estar cerca de desenmascarar los secretos de la pasión y el amor. Los estudios de escaning cerebral han identificado el “centro del beso” en la zona tegmental y núcleos caudados derechos en el centro del cerebro. Estas zonas están constituidas por neuronas dopamínicas y están asociadas con la modulación de las respuestas de la conducta frente a los estímulos de gratificación emocional para la recompensa.
Este centro del placer es también activado por la cocaína y otras drogas adictivas. Si el beso está conectado al amor puede, de manera similar, actuar como una droga sobre el centro de la motivación y la recompensa con el neurotransmisor llamado dopamina. Esta sustancia es también precursora en la síntesis de noradrenalina y adrenalina que explica otros efectos del beso: aceleración del pulso, elevación de la presión, dilatación de pupilas y profundización de la respiración. Durante el beso se limita el pensamiento racional y la prudencia. Un poeta ha dicho que “los besos son un mejor sino que la sabiduría.
Cuando la pasión se enciende, un beso junta dos seres humanos en un intercambio de olores, sabores, secretos y emociones como ningún otro acto. Besamos furtivamente, lascivamente, tímidamente, gentilmente, de manera desbordante, etc. Hay besos, como en los cuentos de hadas, que reviven princesas.
