Grupo emergente de la televisión

Así como los géneros musicales son cíclicos, tienen su momento, van y vienen, en la televisión también se producen fenómenos, períodos, en que la programación necesita recomponerse para lograr permanencia, y que el público siga cautivo apostando&

Así como los géneros musicales son cíclicos, tienen su momento, van y vienen, en la televisión también se producen fenómenos, períodos, en que la programación necesita recomponerse para lograr permanencia, y que el público siga cautivo apostando a las propuestas de los talentos nacionales. Jatnna Tavárez, Milagros Germán y Tania Báez, por ejemplo, pertenecen a una generación que al final dejarán un legado, una trayectoria valiosa para las que vienen.

Y las que vienen detrás deben absorber lecciones aprendidas que dejan sus antecesoras. Hay figuras con años de experiencia, que debutaron después, como es el caso de Dafne Guzmán, Iamdra Fermín, Pamela Sued y Nikauly de la Mota, enfrascadas en sus proyectos independientes. Hay casos que no promocionan mucho lo que hacen, como Karina Larrauri.

Con “Lunatik”, que se transmite por Antena Latina, sin hacer mucho ruido, Larrauri viene ganando espacio, con una propuesta entretenida, una producción depurada, efectiva y sin desperdicios. Cada semana, pone en antena un programa en su punto, que puede ser una referencia para otras presentadoras que se ufanan del kilometraje frente a las cámaras, sin embargo, marcan registros muy por debajo de los estándares mínimamente aceptables.

La televisión es mucho más que imagen. Debe ser creativa, actual, sobre todo esto último, que arrastre a su propuesta contenidos dinámicos y valorables. Al parecer, debido a los costos de producción y la monotonía que impera en un mercado limitado en muchos aspectos, a que las mujeres seguirán apostando a los espacios semanales. Iamdra Fermín se pasó a los domingos, y la televisión de mejor factura se concentra en el fin de semana.

La competencia arrecia, la colocación publicitaria es cada vez más selectiva (los niveles de audiencia son fundamentales) y el ingenio y la inventiva obligan a que los programas ofrezcan algo más que un rostro bello frente a las cámaras. Las figuras establecidas sienten el peso del momento, y las que buscan trascender, deben apostar más al talento que a otra cosa.

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